Huella y presencia (tomo VII)

La Dra. Falaha y el Ministro de Salud fe li z de poder mo tivarl as en las medidas e leme nta les de hig iene. Pasados a lgunos meses volvía a estos lugares para hace rles un segui- mien to. Muchas de e llas ya se conside raban auxilia res y asistían a trabaj a r a los dispensarios. Había que comenzar con un nuevo gru- po con la satisfacción de que muchos partos se habían a tendido en mej o r forma y habíamos evitado la muerte de algunas madres y de recién nacidos. En una ocasión , J ames Gran t, Director ej ecutivo de la U ICEF en uno d e sus viaj es a l África visitó el país y quiso conocer e l lugar donde trabaj aba su hijo que e ra voluntario de l Cuerpo de la Paz ame ricano . En ese período había en Centroáfrica mucha ines tabili- dad socia l con movimien tos de grupos revolucionarios. Se le acon- sejó a l d irector que no era prude nte viajar a Bosangoa pe ro é l y su esposa que rían conocer e l luga r ru ra l donde vivía y trab~jaba su hijo . Así se d ispuso de una avione ta y se trasladaron con toda nues- tra preocupación , a la región, mostrando que si los profesio nales y los volunta rios cumpl ían sus labo res por estos sectores de ri esgo e llos también lo hacían. En las regiones rurales me encontraba a men udo con grupos de la institución de los Médicos sin Fron te ras que daban gran ayuda y asis- tenc ia médica, era inte resante verlos trabaja r. Eran profesionales muy abnegados y estaban en las zonas más desamparadas, en e l no rte de l país, en aquellos ce ntros ele agrupamien to ele desplazados del Chad 135

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