Huella y presencia (tomo VII)
HUELLA Y PRESENCIA VII que asegurar con gran dificultad el abastecimiento periódico de recursos y de vacunas, junto con el de petróleo para los refrigerado- res. El programa de vacunaciones, también inspirado en el modelo chileno, tenía que ser integrado con los controles prenatal e infan- til. Conseguí la cooperación del Programa de Alimentación Mun- dial (PAM) para el suministro de leche. Se adquirieron gran núme- ro de equipos, refrigeradores y vehículos para los centros prefectorales y periféricos de salud. Algunos de los consultorios estaban organizados por religiosas de las distintas misiones católicas que había en el país. Fue muy grato trabajar con ellas. Eran muy sacrificadas y abnegadas. En los pueblos me decían la prima Cousine, para diferenciarme de las hermanas re- ligiosas, ya que todas vestíamos ropa simple de algodón. Cuando las visitaba les llevaba víveres frescos como mantequilla, quesos y a veces vino blanco y otros artículos imposibles de encontrar en el interior del país. Asistía frecuentemente a misa. El pueblo centroafricano es muy religioso y las misas se realizaban con gran participación de la comunidad que entonaba animados cánticos durante todo el oficio que se realizaban en sango y también en francés. Progresivamente, en el programa incluimos personal nacional en los puestos de responsabilidad.. La Cooperación francesa tenía un buen conocimiento de la realidad del país, recursos y capacidad de desplazamiento. Había roces ocasionales con los directivos por el pro- grama de vacunaciones y con la responsabilidad que se le otorgaba al personal nacional. El proyecto resultaba un éxito y todos los progra- mas de ayuda de las otras agencias en salud estaban centradas en la línea técnica de la Salud materno infantil. En cierta ocasión, en una visita al servicio de pediatría del hospital de Bangui, me encontré con dos casos de poliomielitis. Esta es una enfermedad que estaba presente en el país, pero al cabo de tres días en otra visita ya había seis casos nuevos. Se estaba frente a un brote epidémico. El Instituto Luis Pasteur de Salud Pública en Bangui tomó las muestras necesarias. ·El Ministro de Salud me dio luz verde para programar una vacunación masiva contra la polio. Los casos seguían aumentando, UNICEF rápidamente envió las vacunas y se dispuso de una cadena de frío. El día de inicio de la vacunación, diez días des- pués de la alerta, la población total estaba en la plaza presionando por ella. Éramos cuatro profesionales junto al personal del hospital y sejuntó tanta demanda de las madres que vino el propio ministro y su equipo directo a ayudarnos. Así se trabajó intensamente en la ciudad 132
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