Huella y presencia (tomo VII)
HUELLA Y PRESENCIA VII podría reaccionar. Al llegar a Bertoua me alojé en la Misión católica de los padres del Sagrado Corazón que me dieron una afectuosa acogida y la convertí en centro de trabajo. Después de contactar con las autoridades locales para definir la encuesta y su metodolo- gía, una muestra aleatoria representativa de las mujeres en edad fértil, comenzó el peregrinaje por los diferentes pdblados de la región. Había que conocer la constitución de la familia y sus relaciones. El patrón social, la poligamia y la promiscuidad que se presentaba desde temprana edad, dabaIJ._ un carácter especial a la sociedad. Se podría decir que había dos tipos de (amilia, aquellas en que eljefe de la familia era el hombre con un predominio de la línea patriarcal que sigue el modelo musulmán y aquella que era de dominio matriarcal, donde los hijos pertenecen a la madre, el padre era el procreador y eran los hermanos de la madre los que llevaban la dirección de los niños, ellos se preocupaban más de los hijos de sus hermanas que de los suyos, estaban seguros de quiénes eran las madres, sus hermanas, pero no de quiénes eran sus padres, estaban conscientes de la pro- miscuidad existente. En un grupo familiar se encuentran tres o cuatro mujeres que asumen el rol de madres y son reconocidas como tales. Esto es común en la sociedad africana. Cuando estuve en República Centroafricana en otra misión, me tocó conocer la realidad de este tipo de familia. Mi colega la médicojefe del programa, me informó un día que había fallecido su madre. La acompañé a la plaza mortuoria y estuve con su familia siguiendo los ritos del funeral acompañados del tamtam de los tambores durante toda la noche. Un tiempo después nuevamente la noticia del fallecimiento de la madre de la doctora Sokambi, mi colega, me sorprendió y ante mi interrogante ella me explicó que tanto sus tías como su madre biológica, se consideraban como ma- dres con igual respeto y consideración. Ella tenía además obligacio- nes pecuniarias con todas ellas. La misión a Camerún resultó muy interesante. Los datos demos- traron que no había esterilidad primaria. La mortalidad neonatal e infantil era elevada. El hijo se cuenta después del primer año de vida. La infección puerperal y los abortos sépticos eran las grandes causales de la esterilidad secundaria que se encontró. Otro hecho importante fue que de acuerdo a las costumbres de poligamia la madre quedaba en un período de reposo sexual y exento de las labores del hogar por alrededor de 18 meses, durante la lactancia, dedicada solamen- 128
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