Huella y presencia (tomo VI)
HUELLA Y PRESENCIA VI Pero aún así, los médicos gozan de respeto en la sociedad que reconoce su nivel de información y la aplicación correcta de sus conocimientos. Pero para esta aplicación se necesita del consenti- miento del paciente o de su familia según sea el caso. Y aquí conti- núan los problemas: ¿Cuán detallada debe ser esta información? Si el médico empieza a señalar todos los posibles efectos colaterales de cualquier medicamento, sea éste cual fuere, dudo que ningún pa- ciente se atreva a usar nada. Si e l pronóstico de una determinada enfermedad es ominoso y a corto plazo: ¿Debe comunicarse esta información al paciente para permitir "ordenar la casa" p es preferi- ble no darla tomando en cuenta el estado emocional o la inteligen- cia de la persona? Estas consideraciones se han visto agravadas por los juicios de malpractice que, a mi modo de ver, han contribuido enormemente a la despersonalización de la relación médico paciente. Así, el consen- timiento informado ha pasado a ser, especialmente en otros países, más bien una herramienta legal de protección al médico que un ins- trumento ético. Uno de los problemas más fascinantes en cuanto ciencia y socie- dad es el grado real de comprensión del público sobre la ciencia. Las visiones del público, yendo de menor a mayor profundidad, se mueven en el campo de las opiniones, de las actitudes y de los valores, siendo relativamente fácil cambiar las opiniones pero muy difícil modificar los valores. A pesar de que existe una crisis de confianza, la gente está intensa- mente interesada en los problemas científicos como lo demuestra la cobertura de programas y artículos, especialmente de Medicina, con los que se nos abruma todos los días. Por eso es que es importante educar en Ciencia no sólo a los periodistas sino a los estudiantes de educación básica y media. Hay que tratar que los ramos científicos en los colegios sean considerados entretenidos, que las materias sean pasadas de manera tal que sean un descubrimiento, que se aprenda un método y no unos contenidos y que se enseñe a pensar. Con una base educacional más adecuada se puede establecer un diálogo flui- do y transparente y la ciencia dejar de ser esa cosa casi mágica y atemorizante. Yaquí quiero agregar unos pensamientos de Amanda Labarca que me parecen tremendamente atingentes: Ella dice: "En Chile, toda la labor mental de importancia en materia de educación, intentan hacerlas las autoridades centrales. Al profesor se le obliga sólo a re- 100
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=