Huella y presencia (tomo VI)

Cm,oECORACló1' AJ. M1\R1To AYIANDA L ABARC~\: DRA. CoLO.\HIA NoRt-:Ro problemas neurológicos degenerativos, diabe tes, enfermedades autoinmunes. En el campo económico está la permanente queja sobre e l esca- so aporte estatal a la investigación pura en los países en desarrollo y el freno que esto significa pa ra la formación d e recursos humanos destinados al desarrollo cie ntífico tecnológico y la inserción de l pa ís en una real modernidad. Ciertos aspectos políticos han conducido a la ciencia por cami- nos equivocados: valga la pena recordar los atroces experimentos racial es de los nazis que culminaron en e l ho locausto o e l manejo psiquiátrico de enemigos de regímenes lo ta litarios. Es por lo tanto el mismo devenir de las sociedades el que empttja los caminos de la ciencia: Intentar resolver los problemas derivad os de la polución del aire, la con taminación de las fuentes de agua, la necesidad de alimentos, las e nfe rmedades emergentes, las patologías derivadas del mayor número de pe rsonas de edad avanzada, son to- dos desafíos del siglo XXI que, de una u olra manera, son abordados por la investigación pura y aplicada. Propiamente en medicina, los temas éticos y sociales en la práclica son de gran importancia y se entrecruzan. A medida que avanza la Medicina y las ciencias relacionadas con ella, también aumentan los problemas éticos que deben ser analizados. Por poner otros ejemplos: Al comienzo de la vida, e l tema no se reduce a conocer los debe- res y los errores en la manipulación de l embrión , sino especialme n- te en la investigación con células troncales (Stem Cells), dirigido, como ya hemos dicho, al manejo de enfe rmedades del adulto plan- teándose e l tremendo debate de la rel ación beneficio pa ra muchos versus legitimidad que tienen estas investigaciones. Hacia e l fin de la vida, ¿cuál es el balance aceptable entre los deseos de un paciente y la visión de la sociedad en relación a pone r término a la existencia? Las expec tativas del público respecto a la práctica médi ca y a la investigación han cambiado enormeme nle los últimos 30 aúos. El paciente está increíblemente mejor informado -aún sin entender cabalmente la información- y espe ra poder tomar decisiones en re- lación a su problema. Ya no cabe la actitud pa te rnalista en la prácti- ca de la medicina, aunque esta actitud sea bien intencionada. Hay una verdadera ansia de mantenerse en un pie de igualdad ante la posibilidad de una decisión. Se acepta al médico como un técnico pero no como un apoyo espiritual. 99

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