Huella y presencia (tomo VI)

HV EI.LA Y l'RESE:\CIA VI Borja tomando contacto por primera vez con los enfermos, para aprender y comprender las diferencias entre salud y enfermedad. Esta nueva faceta de los estudios me pareció la más atractiva y creo que ahí sentí por primera vez que mi lugar estaba en el ejercicio de la clínica. EL HOSPITAL DEL SALVADOR La llegada al Servicio de Medicina del hospital del Salvador e n 1951 para continuar la práctica clínica constituye el hito tal vez más de- terminante de lo que sería mi futura carrera profesional. El profe- sor Hernán Alessandri, con su figura imponente y ejerciendo siem- pre un doble rol de maestro y consejero, estimulaba en forma cons- tante a alumnos y médicos para obtener lo mejor que cada uno podía dar de sí mismo. Los conceptos básicos de su enseñanza si- guen vigentes y han servido de hilo conductor de mi actividad clíni- ca, a pesar de que muchos de ellos, considerados entonces inamovi- bles, se han derrumbado con el avance del conocimiento. Con un humor muy fino enfatizaba la importancia de considerar e l bienes- tar de los enfermos por sobre cualquier otro factor del frondoso árbol de decisiones a los que los médicos nos vemos enfrentados. Para ello, utilizaba frases como: "es mejor mejorarse sin diagnóstico que morirse con", "aquí yace Juan Pérez que estando bien quiso estar mejor", o "Si no quieren equivocarse en Medicina piensen primero en las manifestaciones raras de las enfermedades frecuen- tes, antes que en las manifestaciones frecuentes de las enfermeda- des raras. Con estas frases pretendía grabar en nuestras mentes una conducta médica prudente y meditada, sin excederse nunca en el manejo diagnóstico ni a utilizar innecesariamente métodos invasivos que pudieran ser peligrosos, ya que e l obj etivo final de nuestras acciones debía ser la curación y/o el alivio de los enfermos. La influencia del Dr. Héctor Ducci Claro no fue menos significati- va. Fue un revolucionario de su época en Medicina Interna al intro- ducir una nueva especialidad como es la Hepatología, al mismo tiem- po que incorporaba el concepto de que e l laboratorio constituía una parte integral en el ejercicio de la práctica clínica. Apoyado por e l Dr. Alessandri , logró dar al Departamento de Medicina una organi- zación moderna, novedosa y o riginal. Se crearon las secciones de Hematología, Nefrología, Gastroenterología e Hígado, Infectología, Cardiología, Endocrinología, con laboratorios especializados que incentivaban la investigación. La suerte me puso bajo su tutela , sien- 74

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