Huella y presencia (tomo VI)

PROF. Ll'IS MERI:--iO REYES Mo:--iTERO riores). Según e l dentista socia l chileno José Joaquín Brunner, "las culturas de América Latina, en su desarrollo contemporá- neo, no expresan un orde n -ni de nación, ni de clase, ni religio- so, ni estatal, ni de carisma, ni tradicional, ni de ningún otro tipo- sino que reflejan en su organización los procesos contradic- torios y heterogéneos de conformación de una modernidad tar- día, construida en condiciones de acelerada internacionalización de los mercados simbólicos a nivel mundial". Nos en contramos además dentro de procesos de complejas y la- boriosas transiciones en lo político y lo económico, hacia la consoli- dación de sistemas caracterizados por la autonomizac ión y autorregulación creciente de las esferas importantes de la sociedad. En toda esta actual vorágine parecería que la conservación y enri- quecimiento del patrimonio artístico-cultural fuera algo menos im- portante que la solución de otros grandes problemas de nuestro país. Considero que no es así, puesto que e l patrimonio artístico-cultural es nuestra mejor carta de presentación en la sociedad mediática globalizada del mundo de hoy. Por otra parte, existe la necesidad de satisfacer las "hambrunas del espíritu" de aquellos hombres y mttje- res "que creen que ser es algo más que ser consumidor" de acuerdo a las palabras del economista chileno Manfred A. Max-Neef. Desde la perspectiva de mi labor de más de cuarenta aúos, consi- dero que la integración del pensamiento activo con la de una acción contemplativa, dentro de un activismo dinámico fundado no sólo en el "qué" sino que también en el "cómo", constituye la mejor respuesta a la exhortación que hiciera María Luisa Muúoz, la educadora musi- cal de Puerto Rico en la III Conferencia Interamericana de Educación Musical realizada en Santiago en noviembre de 1963: "ya hemos ha- blado bastante, llegó la hora de actuar". Debemos considerar también que vivimos los momentos crítico de una etapa de la historia de Occidente que podría ser caracterizada de acuerdo al célebre dictum de Hegel, como la de la "liberación de la subjetividad". Esto nos plantea e l desafío de agregar a la tarea institucional de preservar el patrimonio a rtístico-cultural, la de consi- derar la mirada que cada ciudadano tiene del patrimonio, inmerso como está en los desafíos de la así llamada globalización. Se trata de tener en cuenta aqu el patrimonio que todos y cada uno lleva dentro de sí como parte de su historia. A modo de ejemplo, puedo s61alar que en la cátedra de historia de la música chilena,jun- to con abordar los datos objetivos sobre los compositores, obras, insti- 67

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