Huella y presencia (tomo VI)

H UELLA Y l'Rl•:Sl•:1'CIA VI en un mode lo de financiamiento, de n tro de l cua l el Estado con tri- buye solamente con me nos del 30% del total del presupues to base institucio na l. Esto no sólo es inadecuado, sino que c reo debe ser un caso úni co den tro de las unive rsidades públicas del mundo . A pesar de e llo la Universidad de Chil e está considerada dentro de las 500 mej o res unive rsidades del mundo . Sin p erjuicio d e la necesidad imperiosa de un nuevo trato hac ia la Unive rsidad de Chile, considero que, en el tratami en to de l tema que n os p reocupa, e l signo d e los tiempos es el de las grandes alian- zas, que permita abordar la conservación y enriq uecimiento del pa- trimonio a rtísti co-cultura l como un tema de país q ue requie re la acció n conjunta del estado, las universidades, el secto r público y e l sector privado además de toda la ciudadanía. Pa ra e llo resulta fundamen tal e l considerar que e l finan ciamien to de p royectos cond uce ntes a la preservación, res tauració n y comuni- cación de l pa trimonio a rtístico-cultural no puede estar sttjeto a los mecanismos de l me rcado . Pa ra e l Estado, un financiamiento de esta índole debe tener un fin de inve rsión social, mie ntras que para e l sector privado e l apoyo a proyectos de esta índole debe contar con los incentivos tributarios adecuados . En ta l sentido exp reso mi total res- paldo a lo seúa lado en d ías recie n tes por e l Senador Gabriel Valdés en relació n a la actual situación de la Ley de Do naciones Culturales de su au toría, que tan fecundos resultados ha tenido en la última dé cada, yjunto con esperar una solución p ron ta de par te del Gobier- no, espe ro que do n Gabriel muy p ron to vue lva a integra r la Comisión de Do nacio nes Cul turales encargada de cali ficar los proyectos que se p resen tan para acogerse a esta ley. Debemos recordar que es tamos en los tiempos de la desmecani- zación de la materia y de la circula ridad en la cibe rnética, sustitutiva de las clásicas relacio nes lineales de causalidad. A pesar de la revolu- ción p rofu:1da que ha significado la globalizació n de las comunica- ciones, se advierte un e levado nivel de incertidumbre en la búsque- da de sentidos globales. Parafraseando las pa labras de un destacado pensador y humanista chileno, Félix Schwartzmann, la única certe- za posibl e h oy día en este aspecto es la caren cia de e lla. Esto se h ace pa te n te en la así ll amad a "mode rnidad latinoa- me ri cana", o e l p roceso de inserción de los pa íses latinoame rica- nos e n los patron es d e la sociedad compleja y func io na lme n te dife re nc iada caracte r ís ti ca d e la Edad Mod e rna (ana lizado s e n profundidad po r Max Webe r y po r tan tos otros estud iosos p os te- 66

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