Huella y presencia (tomo VI)

I-IL"ELI.A Y l'RJ•:s1,::-1c1A VI mática de l patrimonio. En e l caso de nuestros pueblos originarios y, en general la música de tradición oral, está la tripartición de fuen- tes, las d erivadas de la tradición oral , los docume ntos escritos y los remanentes arqueológicos. Recordemos que nuestro Desierto de Atacama alberga tesoros incalculables, que en el caso de los instru- mentos musicales han sido estudiados con rigor y propiedad por la Dra. María Ester Grebe. En el caso de la Colonia, se aprecia un con- traste entre la precariedad de la preservación de documentos relati- vos a la música en la sociedad civi l, con la gratificante conservación que se ha hecho en nuestras catedrales. En este último aspecto se destaca el gigantesco trabajo realizado por e l profesor Samuel Claro- Valdés para la música preservada en la Catedral de Santiago. En e l caso del siglo XIX, la importancia del cul tivo de la músi ca civil en e l seno de las familias plantea un desafío formidable ante el riesgo de la dispersión de la información y de las partituras, a los que se agrega el importante papel de la hemerografía como base del registro his- tórico, según lo demostrara un musicó logo chileno prematuramen- te fallecido, Mario Milanca. Finalmente, e n el caso de la música de arte del siglo XX, otra de nuestras líneas de trabajo, es fundamental el registro musicológico escrito, debido a que la mayor parte de la producción de nuestros creadores circula en manuscrito y no en edicion es impresas. Dentro de estos parámetros se han sustentado las principales polí- ticas editoriales corno Director de la Revista Musical Chilena, la única publicación musicológica de habla caste llana de circulación ininte- rrumpida durante casi sesenta a11.os . Para realizar este trabajo he con- tado con la colaboración valiosísima de muchas pe rsonas, entre las que destaco a Magdalena Vicuúa, un ángel tutelar de la Revista du- rante muchos aüos; el compositor, Premio Nacional de Arte, Fer- nando García, su actual Subdirector; y Nancy Sattle r, la J efa de Re- dacción . Además del registro de la actividad de nuestros compositores he- mos impulsado a través ele las páginas de la Revista los estudios sobre importantes intérpretes de nuestro medio (Chile) , además ele perfiles b iobibliográfi cos sobre investigadores, y trabajos científicos sobre la cultura musical de nuestros pueblos originarios, sobre nuestra cultura musical campesina de tradición oral, sobre nuestra música popular urbana y ele muchos otros tópicos afines en el ámbito chileno e hispa- noamericano, siguiendo el diclum clásico del gran escri tor y humanis- ta cubano Alejo Carpentier. Él considera a la identidad musical de 62

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