Huella y presencia (tomo VI)
HL'ELI .A Y PRl•:s1,::s;C: I A VI ATENCIÓN INTEGRAL DE LA MUJER El parén tesis ante rior, abocado a reflexiones de la importancia de los aspectos sicológicos a conside rar, con relación al apoyo e n la aten- ción que se debe brindar a la mujer en e l proceso grávido pue rpe ral, indudabl emente h ace n reca pacitar tanto e n e l co n cepto de medicalización como la defin ición de ciertos even tos de vida, com- portamientos o condiciones en términos de salud o enfermedad y su movimiento e n la esfe ra de l control de las profesiones médicas. La medicalización de la salud de la mujer no es un proceso ante e l cual las mujeres han permanecido pasivas. Po r una parte algunas de e llas lo han reconocido y se han beneficiado ele éste, especial- me nte todo lo relacionado con la disminución de la morbi mortali- dad materno infantil, así como los progresos conduce ntes al mane- jo y alivio del dolor, mas por o tra pa rte muchas otras muj eres se resisten, especia lmente frente a la conceptualizació n del proceso grávido puerperal, nacimiento, menstruación y menopausia como eventos de enfermedad. Estudios recientes sugie ren que e l d iscu r- so médico no figura, como se esperaba, central para las explicacio- nes individuales de las mttjeres, respecto de la salud o enfe rmedad (Clarke, 1994, Walters, 1994). Desde el punto de vista de salud, la mttjer es un ser vulnerable, a pesar que se conoce su mayor resistencia biológica si se le compara con la de los varones. Su vulnerabilidad puede provenir del ambiente en que vive, de su situación familiar o laboral , pero en la gran mayo- ría de los casos el o rigen de ella radica en factores específi camente relacionados con su género. Se sue le mencionar, como hecho estadístico, que la mortalidad femenina es inferior a la de los hombres en todas las edades. Pe ro no se puede continuar midiendo el nivel de salud de una comunidad solamente por las tasas globales de mor talidad. El hecho ele que las tasas de m'ortalidad sean inferiores no signifi- ca necesariamente un mejor es tado de salud. La atención prestada a la salud de la mttjer en las últimas décadas ha contr ibuido a ampliar su definición, desde un concepto estrecho centrado sólo en los aspectos de su salud reproductiva, has ta uno más amplio que abarca a su cuerpo como un todo, a través de su ciclo vital, así como su bienestar tanto psicológico como socia l (3). La creciente creencia respecto a que el proceso de salud -enfe r- medad tiene sus raíces en decisiones poco saludables (alcohol, taba- co, dieta inadecuada, falta de ej e rcicio, sexo inseguro) toma cada 40
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