Huella y presencia (tomo VI)
HL' F.1.1.A V l'IU:St•:1'CIA VI hijos, y en ocasiones para racionalizar los pro tocolos de trabajo en el parto institucionalizado. En los países desarrollados, en do nde estas prác ticas se han convertido en habituales, ya se ha cuestionado e l valo r de estos altos grados de intervensionismo. La adopción , sin crítica previa, de toda una serie de intervenciones inútiles, inopor- tu nas, inapropiadas y/o innecesarias, además, con frecuencia, po- bremente evaluadas, constituye un riesgo que corren muchos de los que tratan de mejorar los servicios de ma ternidad. (4) Toda mttjer tiene derecho a una atención prenatal adecuada y un papel central en todos los aspec tos de dicha atención, incluyendo partici- pación en la planificación, ej ecución y evaluación de la atención. Los factores sociales, emocionales ypsicológicos son fundamental~ para com- prender la manera de prestar una atención perinatal adecuada. Muchos de los ma les de la sociedad moderna se d erivan de las tentativas de considerar a l hombre más bien de una manera frag- mentaria que como una unidad. La especialización , que parece ser consecuencia inevitable de l progreso científico, o rigina institucio- nes que se disputan sectores primo rdiales del hombre, que de otra manera sería un ser unificado. De los requerimientos sicosociales del individuo surge indiscuti- blemente la necesidad de todo ser humano de buscar seguridad, reci- bir amor y aprobación. También aspira a gozar de variedad, aventura, realización, aprendizaje y fue rzas éticas, encontradas en sus credos re ligiosos. De este modo la atención médica, orientada a satisfacer las necesi- dades sicosociales de la embarazada, parturienta y puérpera debe te- ne r en cuenta, tanto la historia biológica y sicosexual de la mttjer, la personalidad, como los requerimientos sicosociales comunes para todo individuo, que aun cuando son dife rentes en cada caso individual, existen anhelos y necesidades que son gene rales, fundamentales y semejantes en todas las pe rsonas Es difícil pa ra e l fJrofesional de la salud satisfacer todas éstas necesi- dades, pero existe el compromiso de pa rticipa r en todas las ac tivida- des que proporcionen el máximo de bienestar y equilibrio a las perso- nas que le corresponde asistir en el ejercicio de su rol profesional. Much as veces los esfuerzos del profesiona l aparecen como insufi- cientes, ya que la muj er en trabaj o de parto corresponde, general- mente, a un ser no preparado psicológicamente para e l "gran aconteci- miento". El temor puede definirse di ciendo que es fun ción de la activi- 36
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