Huella y presencia (tomo VI)

DR. EDL'ARDO RQIAS do especialmente. Primero. La Medición del curso temporal de la entrada de Na• durante el ascenso del potencial de acción. Podrán decir que eso lo midieron H y H mediante sus experimentos con Voltaje Clamp. Recordemos, sin embargo, que lo que ellos midieron fueron corrientes obtenidas durante pulsos rectangulares de voltaje y que el curso temporal de que les hablo fue obtenido por cálculo aplicado a las conclusiones de sus datos. Todo muy bien fundamentado, pero indirecto. El concepto era (y es) tan importan te para la neurociencia que se requería de una medición directa durante la fase de ascenso del potencial de acción cuya duración es de menos de 1 milisegundo, vale decir, se requería algo así como una medi- ción (con isótopos naturalmente) cada 200 microsegundos, algo absolutamente imposible... !!! A menos que a alguien se le ocurra como hacerlo. En tres trabajos el grupo dirigido por Guayo presentó el método, lo pusieron a prueba con pulsos rectangulares de co- rriente y finalmente lo aplicaron al potencial de acción confirman- do los resultados obtenidos por H y H mediante cálculo. El segundo trabajo con que ilustraré la relevancia y la creatividad de Eduardo tiene que ver con las corrientes de. compuerta. Hodgkin planteó que si la excitabilidad depende del potencial, lo único sensible al campo eléctrico son las cargas eléctricas y, por lo tanto, al aplicar un cambio de potencial a la membrana de un axón debería producirse una corriente de desplazamiento previa al potencial de acción. Esta corriente no la detectaron H y H, posiblemente por ser muy peque- ña y estar enmascarada por el ruido electrónico. Hoy hay libros en donde se enfatiza que dos decenios después, gracias al avance de la electrónica, de la perfusión intracelular y de los computadores, esa detección fue posible. En verdad, fue posible para todo el mundo pero sólo a Eduardo se le ocurrió como hacerlo. Si uno revisa la literatura , descubrirá que Armstrong y Bezanilla publicaron sobre el tema una nota en Nature en 1973, mientras Keynes y Rojas publi- caron lo suyo casi un año después. La verdad es que todo se inició en Montemar cuando Eduardo vino con la idea de que si uno barría y sumaba "n veces" una cierta señal donde había ruido y un pequeño potencial, la suma del ruido sería cero (por ser al azar) y el pequeúo potencial presumiblemente asociado con la corriente de compuer- ta se incrementaría "n veces". Trabajó con Bezanilla en el tema y, por falta de tiempo, no lograron resolver algunos problemas técni- cos. Llegado el verano del hemisferio norte, Bezanilla se fue a USA a trabajar con Armstrong y lo convenció de inmediato de la impor- 269

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