Huella y presencia (tomo VI)
Hl' EI.I.A Y PRF.s~:1-c1A VI micropipeta, Eduardo usaba un condón perforado con un alfiler. La discusión teórica respecto a su problema y su técnica que tuvo con el ilustre y sorprendido visitante fue tan rica y provechosa que culminó con una oferta totalmente financiada para que Eduardo se trasladara a Chicago para trabajar por un doctorado. En esos días yo estaba en Suecia y me enteré de lo sucedido a mi vuelta. En menos de dos años, Eduardo obtuvo su doctorado en esa Universidad. De Chicago se fue al MIT donde hizo un postdoctorado, y de Boston volvió a Chile, a Montemar. En nuestro laboratorio, tuvo una larga y provechosa interacción con el grupo de Keneth Cole, e~pecialmen- te con Robert Taylor. La experiencia de Guayo se incrementó poste- riormente por medio de su incorporación al grupo de Cambridge, Inglaterra, liderado por los premios Nobel A. Hodgkin y A. Huxley. Difícilmente puedo seguir con la historia de Eduardo, dado que debo ser breve. Tengo que olvidarme de su paso por Alemania y Francia en donde trabajó por algunos años. Es tan intensa y de tal trascendencia la vida de Guayo que forzosamente debemos olvidar muchas cosas para poder redondear esta presentación. Su último compromiso prolongado con el extranjero fue su permanencia por varios años en el laboratorio de Harvey Pollard en el NIH. Quienes estuvimos algunos meses en ese lugar podemos dar fe que Eduardo era el principal soporte de ese laboratorio. Eduardo no sólo tuvo acceso a los grandes de la Fisiología; él fue también maestro de grandes fisiólogos. Mencionemos sólo a los más importantes: Se doctoraron en él Francisco Bezanilla yJulio Vergara, actualmente, no sólo profesores titulares de la UCLA sino que tam- bién fuentes de alto prestigio para esa institución. Cuando el tutor de Ramón Latorre y de Cecilia Hidalgo fue candidato a Rector de la Universidad de Chile, ellos quedaron relativamente solos, de modo que, en los hechos, Eduardo se transformó en su tutor putativo. La preocupación central de toda la vida académica del Dr. Rojas fue la excitabilidad celular en todas sus facetas: Fisiología del axón, estudios en bicapas, acoplamiento exitación -contracción y acopla- miento- exitación secreción de glándulas adrenales y en células beta del páncreas. La inmensa actividad aquí resumida, obviamente de- bió dar origen a innumerables publicaciones en revistas científicas de verdad: mucho más de cien, aunque quien les habla encuentra irritante que se cuantifiquen para evaluar a un científico. Lo que realmente importa es la relevancia y la calidad de los trabajos. Men- cionaré solamente a dos que, entre otros, a mí me han impresiona- 268
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