Huella y presencia (tomo VI)
DR. FEDERICO PUGA CONCHA la Unidad de Nutrición y sin cesar en su esfuerzo asistencial y do- cente percibió con gran sensibilidad los problemas de salud pública que en esa década se tradujeron en escasos recursos hospitalarios y en protestas gremiales sin destino. La reflexión profunda acerca de esta situación y la conciencia social del Dr. Puga fueron el fundamento del gran proyecto y reali- dad que es la Corporación de Amigos del Hospital Luis Calvo Mackenna, AMICAM, y que tiene como lema: "Hagamos el hospital más amable". A nuestro juicio, el legado más importante de esta obra del Dr. Puga ha sido el haber devuelto la fe a la acción del hospital y el haber estimulado a muchos a atreverse a enfrentar las dificultades con un espíritu mejor y más eficaz. En 1987 asumió la Dirección del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente de la Facultad de Medicina de la Universi- dad de Chile y sus diez años en esa posición tuvieron el indiscutible sello del Prof. Puga: una gran determinación por el fortalecimiento de la relación docente-asistencial; por la recuperación de las jorna- das académicas; por la obtención de una sede para el DPCIO; por la redistribución de la docencia en el Pre y Postgrado; por el desarro- llo de una actividad emergente como el estudio de la Adolescencia y por el estímulo y desarrollo del perfeccionamiento académico, los cursos de extensión y el desarrollo de convenios con Universidades privadas en áreas de interés mutuo. Su nivel emprendedor quedó expuesto en el más alto grado de nitidez. La actividad académica del Dr. Puga se ha enmarcado siempre en el estilo que el DPCIO y el HLCM han tenido desde que don Aníbal Ariztía diera las bases de un trabajo disciplinado.jerarquizado, aco- gedor y respetuoso del espíritu de cada uno de los discípulos de esta escuela pediátrica. El Dr. Puga es una figura emblemática de esta es- cuela aportando, además de los valores señalados, su vasta cultura humanista expresada en plenitud en su comprensión de las circuns- tancias de nuestro país en los últimos cincuenta años. Su capacidad de comprender el tiempo que le ha tocado vivir le ha permitido pen- sar creativamente y asumir los riesgos, tener una perspectiva global y asumir plenamente la responsabilidad ética que tiene un hombre que asume su rol social en plenitud. Ha mantenido una permanente y actualizada vigilancia, en el mejor espíritu universitario, de los cambios epidemiológicos nacionales como ocurre con el cáncer infantil por ejemplo; ha propiciado la creación de iniciativas intersectoriales en el campo de la gente joven; ha sido 253
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