Huella y presencia (tomo VI)
HUELLA Y PRESENCIA VI Durante toda su trayectoria médica, el Dr. Arúgas nunca ha deja- do de estudiar y aprender nuevas técnicas para el tratamiento de sus pacientes. En 1968 obúene la Beca de la Organización Mundial de la Salud para ampliar sus conocimientos en Estados Unidos y Europa. Esto le permiúó visitar los más importantes Centros de Quemados como, por ejemplo, el "Brooke Army Medica! Hospital" de San Antonio U.S.A., donde se recibían los enfermos procedentes de la guerra de Viet- nam, y en Francia e Inglaterra, conoció otras técnicas df tratamien- to para completar su formación profesional. Entre 1970 y 1974, su incansable búsqueda lo llevó a visitar nueva- mente estos grandes Centros y a conocer otros del resto de Europa, ubicados en distintas ciudades, incluidas: Londres, Birmingham, Salisbury, Madrid, Barcelona, Valencia, París, Lyon, Torino y Ludwigshaven. La presión asistencial en la Unidad de Quemados fue tan grande que se hizo necesario ampliar las instalaciones existentes. Es así como en el año 1971 se inaugura el nuevo Centro de Quemados que ahora contaba con 30 camas y una estación de enfermería. El excelente resultado alcanzado en sus gesúones lo esúmuló para organizar el Primer Curso Internacional Intensivo de Quemaduras que se realizó en 1972. El éxito de este Curso fue tan grande que las autoridades de Salud permiúeron que se ampliara el Centro, llegando a tener -además de todo lo anterior- 50 camas, 1 Quirófano y todas las dependencias renovadas y modernizadas. En 1973, circunstancias ajenas a su voluntad lo obligan a cambiar de hospital y pasa a ocupar el cargo de Jefe de Cirugía Pediátrica del hospital Exequiel González Cortés, donde debió comenzar prác- úcamente desde cero, puesto que en dicho recinto asistencial, prác- úcamente, no se había desarrollado la Cirugía de Quemados. Un año más tarde, en 1974, había ampliado a otras especialidades el departamento de Cirugía y contaba con un equipo de médicos jó- venes deseosos de aprender. Además de conseguir la instalación de Pabellones Quirúrgicos, obúene otro gran logro: formó en el hospi- tal una Unidad de Quemados, que se inauguró en 1975. Su constante preocupación por la docencia lo llevó a organizar el II Curso Internacional Intensivo de Quemaduras que se realizó en 1976. Al Curso asisúeron 200 alumnos que sólo tuvieron palabras de elogio para referirse a él. Durante muchos años fue el responsable de 244
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