Huella y presencia (tomo VI)
CIAUlllO ARA~EDA bueno que tiene la famosa "vida universitaria". Me he visto involucrado casi sin querer en un sinnúmero de actividades de ex- tensión y esto a la vez despertó en mí una atracción por el desarro- llo de proyectos estudiantiles que se han visto realizados durante este tiempo, todos ellos relacionados con la difusión de la cultura y el desarrollo de actividades extraprogramáticas al interior de nues- tra facultad. Fue en este punto que llegué a la oficina de comunica- ciones de la facultad y en la cual encontré a dos grandes personas, las periodistas Cecilia Coddou y Cecilia Valenzuela, quienes reci- bían de mí todas mis ideas y proyectos y de alguna forma siempre me han ayudado a canalizarlos. En mi corto paso por esta casa de estudios sigue existiendo sin embargo algo que me apena profundamente y es el espacio que tie- nen las manifestaciones culturales en nuestra comunidad. Sacar ade- lante proyectos de esta índole es de vital importancia en la formación del estudiante y en la integración de los diferentes estamentos de nuestra facultad y es una responsabilidad que debe ser asumida, a mi parecer, con mayor fuerza por parte de nuestra universidad. Intento vaticinar qué será de mí en un futuro cercano como un profesional de la salud y creo que si hay algo que la universidad ha hecho aparecer en mí es un profundo espíritu de igualdad social en el proceso de atención pública y un respeto enorme por la do- cencia universitaria. En este punto creo centrar mi mayor interés pues creo que la base de la renovación de nuestro sistema académi- co está en formar precisamente a aquellos que en el futuro toma- rán las riendas de la enseñanza universitaria. El profesor debe ser un tutor, preocupado y responsable y no alguien a quien se deba temer y que esté por sobre las normas administrativas de la universi- dad; el respeto al mismo tiempo entre el alumno y el profesor debe ser mutuo y no unidireccional como parece entenderse en muchos casos. Finalmente no puedo sino agradecer la oportunidad que me ha dado la editora de intentar reflejar en estas líneas mi historia, ideas y proyecciones, para ella todo mi cariño y apoyo incondicional en las actividades en que le pueda ser útil. También un agradecimiento al Dr. Sergio Thambo, quien me ha enseñado a ser más ponderado en mis reacciones y por su incansable paciencia para con mis proyec- tos. Sería imposible no destacar el apoyo incondicional de mis padres a quienes debo todo Jo que soy y la persona que quiero ser, sin ellos nada de esto sería posible. 215
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