Huella y presencia (tomo VI)

Juuo QuEZADA MELLA ocupó después del incendio de la Escuela de Medicina y eran las salas de mujeres del hospital San Vicente, que quedaba en Zañartu N 2 1057, y su puerta particular daba al costado de Anatomía Nor- mal, y con sus autoridades encabezadas por el Dr. Francisco Hoffman, profesor jefe de todo el Instituto, y el director Dr. Profesor Samuel Middleton. Ellos eran la cabeza de este Instituto respecto a docen- cia e investigaciones, con un número importante de profesionales y académicos, quienes tenían su quehacer en función de estos dos maestros que eran los que ilustraban, aconsejaban y guiaban todo lo que era la investigación y la docencia. La verdad es que no tuve mucha oportunidad de relacionarme con el doctor Hoffman; yo era empleado de servicio, pero vez que pasó cerca de mí fui saluda- · do por él; encontré que reflejaba algo especial, se notaba que era una persona muy distinguida, con una caballerosidad que reflejaba su sabiduría, donde todo lo que hacía era bueno, era bien escucha- do. Por otro lado, veíamos al doctor Middleton que era una maqui- nita como director, era un administrativo que movía todos los rinco- nes del Instituto, él tenía que ver con todo. Puedo recordar gratamente a don Héctor Wistuba cuando llegué a la Facultad de Medicina por el año 1959 con ilusiones de ser un futbolista profesional, encontré su acogida y me ofreció que podría probar suerte en otro ámbito que no fuera en los barrios y me reco- mendó para poder llegar a entrenar en el Club Deportivo de la Uni- versidad de Chile donde tuve como entrenador al Sr. Washington Urrutia, que en el transcurso del tiempo fue muy importante en su actividad deportiva. Hablemos del Ballet Azul; afortunadamente mi participación en el semillero de la "U" fue parte de la formación de este grupo, y lo recuerdo con mucho orgullo como futbolista y fue gracias a ese empuje que un día Wistuba me dio, posteriormente fui prestado en el año 1962 al club de la Universidad Técnica del Estado. Después muchas veces compartimos con Wistuba, en lo de- portivo en el Unión Zañartu de la Facultad de Medicina, momen- tos tan agradables que pudimos vivir con la participación de don Pedro de Buen, hombre importante en la trayectoria deportiva de la Facultad de Medicina; fue prácticamente un líder a pesar de sus años. El arrastró a muchos jóvenes y los condujo por una senda de disciplina, de ordenamiento y respeto y logramos tener un grupo muy importante en lo deportivo. Son tantas las cosas que puedo hablar de mi amigo HéctorWistuba, oriundo de Puerto Montt: estudió dibujo y pintura en la U. de Chi- 207

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=