Huella y presencia (tomo VI)
HUELLA Y PRESENCIA VI ¿Qué huella maligna deja esta falsa metafísica por la tierra? TRAS EL SÉQUITO DE DIONISO Las corrientes dentro del humanismo existencial no trabajan como servidoras de la represión, responden a estos hechos con rechazo. Dentro del humanismo existencial aparece como una de sus ra- mas la Biodanza, que ofrece la llave para reivindicar la naturaleza perdida del ser humano. Un movimiento creado por Rolando Toro, con tanta fuerza en Europa, que uno se pregunta: ¿Por qué ese éxito? La respuesta es simple: porque es una necesidad{ dentro del deterioro de las Megalópolis y su economía hipertrofiada. Por que es una necesidad en una época en que aparece la depredación de psicóticos con poder, sobre su propia especie, porque es una nece- sidad que aparezca el horno Eros, el horno Dioniso, el horno Pan ante ése horno Tanatos que nos muestran las noticias cada día; esos horno Tanatos cuyos principios son la muerte y cuyos únicos manda~ mientos son los de la globalización. Biodanza se organiza en torno al Principio Biocéntrico, según el cual toda vida es sagrada, y se inscri- be en la tradición Órfica, la música y la danza integradora, la viven- cia, la caricia, el trance, todas técnicas que han probado intervenir en las zonas más profundas del cerebro para re-aprender a vivir. "Aprender a aprender" es el slogan de muchos métodos educativos actuales. Toro ha cambiado esa consigna por: "Aprender a Vivir" y eso es lo urgente. Termino, con una reflexión dejoao Cabral de Melo Neto, apare- cida en Morte e Vida Severina: "Severino, deja ahora que te diga, yo no sé bien la respuesta de la pregunta que hacías, si no vale saltar fuera del margen de la vida; yo no conozco esa respuesta, si quieres que yo mismo te lo diga. Es difícil defender la vida, solo con pala- bras, más aún, si se ve que es severina. Pero si no pude responder a la pregunta que hacías; ella la VIDA, la respondió con su presencia viva. Y no hay mayor respuesta que el espectáculo de la vida; del surgimiento de una planta, que también se llama vida, de la fábrica paciencia que ella misma se fabrica, de ver surgir lentamente un poco de flores por día, como una pequeña explosión humana, in- cluso como una explosión de una vida severina". 190
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