Huella y presencia (tomo VI)

DRA. G. CECILIA TORO A. que Pan es abandonado a su nacimiento, por su madre, una ninfa del bosque; debido a su deformidad, Hermes, su padre, lo envuelve en una piel de liebre, un animal salvaje, y lo lleva y presenta a los dioses del Olimpo, que lo reciben con mucha alegría. Aquí ya ve- mos que tanto la piel de liebre como que su padre fuese Hermes estarían reflejando una estructura de conciencia: lo salvaje y lo her- mético. En cuanto Dios de toda la naturaleza, Pan personifica en nuestra conciencia el comportamiento natural extremo, lo instintivo, que al- gunos han considerado como una suerte de "inteligencia primordial", que es en cierto sentido divino y que está reflejado en la causa oscura de su nacimiento, también es el pánico, la pesadilla, la sensualidad. Pan también presenta un rasgo protectivo: su afinidad con el pasto- reo, con la música, etc. y su protección directa a Psique cuando ésta está desconsolada, sin amor, negado el perdón divino, con su alma presa de pánico e intenta el suicidio. Este Dios es un capro y es una fuerza divina, una quimera de naturaleza divina y de naturaleza ani- mal, fálico, errante, imprevisible e inquietante; pero cuando el alma está presa del pánico, como en la historia del intento de suicidio de Psique, Pan se revela con la sabiduría de la naturaleza. Cuando se está privado de angustia, de pesadilla, invulnerable al pánico, cuando se ha perdido la conexión con Pan, con la naturale- za, con lo instintivo, nos insensibilizamos frente a la guerra y al te- rrorismo. Perdidos así nuestros instintos de vida, nos desconecta- mos del horror, de la pesadilla, del pánico de estos sucesos. No po- demos continuar ciegamente desconectados de Pan, siempre hu- yendo del horror. "Pan, el grande, ha muerto", narra Plutarco, lo que anuncia es que la naturaleza ha sido privada de su voz creativa, generatriz en nosotros, que nuestros instintos han muerto. Pan es al mismo tiem- po destructor y preservador: Pan es el Dios-capro, el mediador en- tre lo sagrado y lo profano que significó para Nie tzsche el modo dionisiaco de conciencia. Reconectándonos con Pan y siguiendo,junto a Eros, el séquito de Dioniso podremos decir NO a la guerra, basta ya de depredadores. CONTRACULTURA Hoy día los Imperios y las transnacionales gobiernan el mundo. ¿Podremos subvertir el régimen del colosalismo? ¿Qué renacimiento podemos esperar hoy, en que Tanatos tiene 187

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