Huella y presencia (tomo VI)

HUELLA Y PRESENCIA VI tes sordos totales de un oído, pudiesen lateralizar o escuchar el sonido que prove- nía del lado sordo. En su larga trayectoria científica, entu- siasmó a muchos clínicos especialistas en Otorrinolaringología, para realizar investi- gaciones aplicadas a las necesidades de dar respuesta a los problemas que en clínica no tenían una clara explicación científica. Por su estrecha colaboración con esta especiali- dad de la medicina, siempre fue invitado a Dr. Hugo Adrián A. los congresos organizados por la sociedad que los agrupa. Durante su vida, el Prof. realizó diversas actividades. Fundó y dirigió diferentes ins- tituciones académicas, exploró con pasión los secretos del sistema auditivo, promovió la cultura pues era un lector empedernido, aman- te de los libros y muy conocido de todas las librerías de libros usados, donde encontraba verdaderas joyas literarias que hicieron que llegara a tener una biblioteca personal de alrededor de 10.000 textos. Es así como todos tuvimos la felicidad de recibir de regalo para nuestro cum- pleaños y para Navidad un hermoso libro con una dedicatoria espe- cial, escogido pensando en el gusto de cada uno, pues ese era un don que tenía, conocernos mejor que nosotros mismos. Ayudó anónimamente a todo aquel que le pidiese apoyo; generoso y muy modesto, pues jamás hizo alarde de sus éxitos; de vasta cultura y de gran calidad humana. Prodigaba generosamente real amistad y cariño, lo que lo hizo crecer en calidez humana y ganarse el respeto y cariño de quienes lo conocieron bien. El profesor Adrián estudió en el Liceo San Agustín de Santiago, donde se convirtió en una persona muy culta, probablemente por la influe ncia del gran humanista, el padre Alfonso Escudero, y debe haber sido en este periodo de su vida donde nació este gran amor por los libros y la lectura. Movido por una genuina vocación médica, entra a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, carrera que más tarde debe aban- donar por enfermedad. Cuando recupera su salud, decide estudiar Medicina Veterinaria, pues era una carrera que tenía estrecha rela- ción con su vocación primaria, graduándose en 1957. Por entonces ya estaba trabajando en investigación en fisiología en 176

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