Huella y presencia (tomo VI)
HUELLA Y PRESENCIA VI un pintor, la música y la pintura pueden ser más hermosas que las palabras. Para un lector las palabras. El Diccionario de la Real Aca- demia de la Lengua Española tiene unas 350.000 palabras. Abro corchea: Pero por encima de todas las invenciones admira- bles, ¿cuán soberana no fue la mente de quien imaginó y halló la manera de comunicar sus más recónditos pensamientos a cualquier persona, aunque separadas por largos intervalos de lugar y de tiem- po? ¿De hablar con los que están en las Indias, de hablar con los que todavía no han nacido ni nacerán hasta dentro de mil, de diez mil años? ¿Y de qué manera? Disponiendo de diversas mafieras veinte caracteres insignificantes sobre un papel. Galileo Galilei, cierro cor- chea. El dulce cisne de Avon en todas sus obras usó 40.000 vocablos dife- rentes. El manco de Lepanto sólo en El Quijote usó 36.000... Toma- do de "El Diario de Emily: Verano 2004", manuscrito no publicado. l. MI FACULTAD (continuación) Llegó la democracia, hubo una fiesta en Chile, la fiesta de los des- agradecidos. El gran cambio social. Pero en la Facultad hubo muy pocos cambios (Cándido). Nos quedamos con una inercia indivi- dualista. Luego siete años después un gran cambio, los Departa- mentos Básicos se transformaron en Programas Disciplinarios (La revolución cultural), se creó el Instituto de Ciencias Biomédicas, el ICBM. (1997). Yo quedé con un pie adentro (del ICBM) , con el otro afuera (en la Facultad), (El Gatopardo). Mientras tanto, desde antes de mientras tanto, ya por el año 1995, empecé a mirar dentro de mí mismo y fuera de la Facultad. Dentro de mí mismo me empe- cé a llenar de preguntas: ¿Deseo continuar mirándole los cromosomas a los lagartos? ¿Contándoles las escamas? ¿Establecien- do sus relaciones filogenéticas? ¡Ha pasado ya más de la mitad de mi vida laboral! ¡Vivimos 70 años y luego permanecemos muertos para siempre! ¿Qué es lo que yo deseo hacer en los años académicos que me quedan? Mi trabajo es tan lúdico, tan presocrático, tan de estar horas mirando preparaciones en un microscopio, trabajo comparti- do con un universo tan pequeño de colegas. Estuve así un largo tiempo mirándome hacia adentro. (En busca del tiempo perdido). Empecé paralelamente a mirar hacia fuera. Había en marcha entre muchos proyectos País, uno que era impulsado por el Ministerio de Educación, la Refoqna Curricular. Dirigí hacia allá mi mirada. Tomé, -decisión individual-, la responsabilidad de participar en las 154
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