Huella y presencia (tomo VI)

HUELLA Y PRESENCIA VI reflexiones y vivencias- que nos acerque a convertir la sociedad del conocimiento en la sociedad de la sabiduría. El camino natural para esta esperanza son las universidades y, en particular, la Universidad de Chile, como Alma Máter de la Nación. Por último, estimado Sr. Rector, deseo expresar a usted -en la digna investidura de su cargo- mi profundo agradecimiento a la Universidad de Chile por el inmenso privilegio que ha significado para mí haber desarrollado mi vida y actividad en esta Casa de Estu- dios, la más importante y noble de las instituciones creadas por la nación chilena. Gracias. q DISCURSO DEL PROF. LUIS A. RlvEROS RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE, Alfredo Jadresic ha agradecido a la Universidad de Chile, por este reconocimiento que corona su carrera académica. Es, sin embargo, la Universidad de Chile la que debe agradecer a Alfredo Jadresic su dedicación, su entrega de más de 60 años, los que han dado lugar a tantas ideas escritas o habladas; a tantos discípulos conocidos, presen- tes; desconocidos o ausentes; a tanto que AlfredoJadresic en sus dos principales dimensiones ha contribuido a esta Institución: como mé- dico y dentista, como humanista y universitario. Como médico y dentista, de más está decirlo, y muy bien lo ha dicho el Dr. Parrochia 1 , sus contribuciones han tenido gran im- pacto en su campo disciplinario. A mí me ha llamado la atención que un hombre que vuelve después de un prolongado exilio, que regresa probablemente con muchas heridas y recuerdos es, sin embargo, un hombre que se sienta y publica un libro en su disciplina cuyo nombre soy incapaz incluso de recordar, pero que muestra que después de todo el tiempo, después de toda la his- toria, después de todo el sufrimiento transcurrido, él es al final del tiempo un dentista y un médico comprometido con su for- mación, comprometido con la formación de otros que han de seguir. Por lo tanto, Alfredo Jadresic proyecta en ese trabajo, en esa visión, en ese desarrollo, lo que es un gran académico, un académico de esta Universidad. Por tanto, nada justifica más la propuesta que hizo la Facultad de Medicina al Consejo Universi- tario -y que fue así acogida- para ponerlo en el sitial que corres- ponde a quienes se· transforman en profesores eméritos, en las 132

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