Huella y presencia (tomo VI)

DISfINCIÓN ACADÉMICA PROFESOR EMÉRITO: DR. ALFREDO jADRESIC V ARCAS Facultad, sin distinciones ideológicas o políticas. Las confrontacio- nes ideológicas, que terminaron por interrumpir el curso normal del país, no se presentaron en el plano académico de la Facultad y se logró mantener inalterable el ritmo intenso de trabajo, a pesar de las diferencias que se expresaban en otros campos. En 1973 se agudizan las confrontaciones en el país. Ocurren el drama y la tragedia de Chile. Horrendos crímenes sufre nuestra Fa- cultad. Desaparecen inestimables consejeros de la Reforma, Enrique París, Carlos Lorca,Jorge Klein y tantos otros queridos compañeros. Me corresponde afrontar, con multitud de universitarios, la deten- ción en el Estadio Nacional y luego el exilio. La inmensa solidaridad internacional hacia los exiliados de la dictadura chilena, la recibí a través de mis antiguos amigos del hospital de Hammersmith y de la Universidad de Londres que me invitaron a trasladarme a ese país. Me siguieron mi esposa y mis seis hijos. Agradezco a Sir John McMichael y al Profesor Russell Fraser su valioso patrocinio para mi incorporación al Real Colegio Médico y a la Universidad de Londres. En la mayor parte de mi vida -y de modo muy especial durante el exilio- he contado con el apoyo invaluable de mi esposa Patricia. Pudimos regresar a Chile sólo en 1989, después que mi prohibición fue suspendida. También lo hicieron tres de nuestras hijas. Nos encontramos con un país diferente. Han desaparecido mu- chas nobles relaciones. Se ha acentuado el individualismo. Ha dismi- nuido el papel rector del Estado. El compromiso social de la gente. La disposición de servicio público. No se concibe el trabajo volunta- rio. El deporte amateur. Institucionalmente, se ha entronizado el autoritarismo. No hay par- ticipación efectiva en las decisiones que afectan a las personas. Ha ocurrido la disgregación de la Universidad de Chile. Las restricciones presupuestarias en salud y educación limitaban la cobertura de la población. Era particularmente grave la reducción de los recursos humanos para la salud. Restablecido el gobierno democrático, fui invitado a ingresar al Ministerio de Salud para abordar, principalmente, la especialización de postgrado de los médicos. Con la colaboración de las seis Escuelas de Medicina de esos años logramos reestructurar el sistema de be- cas y contribuir a resolver el déficit de estos profesionales. Pude reintegrarme al trabajo académico en la Universidad de Chile por los últimos 12 años y editar, en colaboración con los doctores 129

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