Huella y presencia (tomo VI)

HUELLA Y PRESENCIA VI mente afectado por la alta mortalidad debida a abortos sépticos que ocurría en mujeres, que ya habían completado su número deseado de hijos. El pensaba que se necesitaba en forma urgente un método simple, que pudiera ser realizado vía transcervical, que posibilitara una contracepción permanente, y que supliera las escasas posibili- dades de contar con pabellones quirúrgicos y equipos médicos que pudieran satisfacer la gran demanda de esterilización tubaria en estas pacientes. Pues bien, como suele suceder en la ciencia, cuan- do se combinan los conocimientos con la creatividad, llegó a sus manos un artículo publicado en 1966 que mostraba"el efecto esclerosante que tenía un conocido y antiguo fármaco antimalárico llamado quinacrina, el que podía fibrosar ambas hojas pleurales al ser instilado en forma directa, en pacientes con derrames pleurales de origen neoplásico. De allí surgió su hipótesis de que si este medi- camento era capaz de esclerosar el tejido pleural, lo mismo podía ocurrir en el epitelio tubario, por lo que comenzó de inmediato sus experimentos en animales de experimentación. Después de muchos años de investigación, logró confirmar cien- tíficamente su hipótesis, naciendo así el primer método de esterili- zación femenina no quirúrgico con resultados exitosos. Yaquí vale la pena hacer un breve paréntesis para relatar 3 histo- rias de grandes investigadores en el área de la Contracepción que tuvieron algo en común: - Primera historia: En 1909 el médico alemán Richard Richter des- cribió el primer DIU verdadero que consistía en 2 hebras de intestino de gusano de seda en forma de anillo. Debido a que en esa época el control de la natalidad estaba prohibido por ley en Alemania, su des- cubrimiento permaneció ignorado por 20 años, hasta que otro médi- co Ernst Grafenberg rescató la idea y desarrolló un anillo intrauteri- no de alambre de plata, con el que obtuvo muy buenos resultados. Lo que Grafemberg no sabía, era que el alambre de plata que él utiliza- ba, estaba contaminado en un 26% con cobre, que era el metal que realmente aportaba el efecto contraceptivo, como descubriría el Dr. Jaime Zipper 40 años después. - La segunda historia alude al Dr. Gregory Pincus, inventor de los anticonceptivos orales. En 1934, mucho antes de que él descubriera la píldora anticonceptiva, el Dr. Pincus había conseguido realizar una fertilización in vitro en conejos, trabajo que al ser publicado le valió la crítica acérrima de la prensa que lo bautizó como Dr. Frankenstein, y lo acusó de estar publicando ciencia-ficción. Haciéndose eco de la 110

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