Huella y presencia (tomo VI)

HUELLA Y PRESENCIA VI cuela de Postgrado y luego Directora de la misma. En una primera etapa continuó participando en la actividad clínica, pero posterior- mente le fue imposible, debiendo abandonarla y por consecuencia se vio obligada a alejarse de nuestro Servicio de Pediatría, lo que produjo hondo pesar en nosotras, ya que su ausencia dejaba un va- cío imposible de suplir. Si bien, ya no continuamos trabajando juntas, el vínculo de amis- tad y cariño se mantiene, razón por la cual nos sentimos orgullosas cuando pudimos acompañarla junto a su familia a recibir el premio Amanda Labarca 2003, reconocimiento reservado a mujeres de des- tacada trayectoria en su actividad profesional, y del cual ella era una merecida acreedora. AJ final de este muy resumido recordatorio, queda vívida en la memoria la experiencia de haber compartido profesionalmente con una mujer que ha sido un ejemplo de permanente excelencia y dedi- cación a su profesión, actitudes que motivan la superación constante- de sus discípulos, quienes recordaremos por siempre a esa gran mu- jer que en forma desinteresada nos guió por el camino del conoci- miento, acompañándolo con una visión humanista de la medicina orientada a lograr no sólo el desarrollo técnico sino que el bienestar físico y espiritual de nuestros pacientes. 106

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