Huella y presencia (tomo V)

HUELIJ\ Y l'IU-~'W.1'C:IA V me en desafíos estimulantes al ser convocados por cambios pertinentes. Sirva como ejemplos de esa dilación, en algunos casos aún no superada, las iniciativas por llevar el aprendizaje ele los alumnos a lo que posteriormente se llamó a tención primaria en su versión de medicina familiar, o los apron- tes para constituir oficinas ( y aún departamentos ) de educación médica que quedaron larvados en su 01igen, pese al reconocimiento universal de su procedencia. ºº 1 Esta última iniciativa ha quedado refrendada en las recien- tes resoluciones administrativas de la Facultad y su funcionamiento ya ha significado un vuelco considerable en las perspectivas de los programas de su dependencia. El desarrollo de la formación para la atención primaria, en cambio, sigue pospuesto, pese a que la competente capacitacipn del recurso humano es esencial para que el sistema de salud aborde, pertinentemente, un sector de asistencia que clama por lograr atenciones más equitativas y más eficaces.(1 1 ' Es deplorable aquí, que la consonancia que se dio por casi 150 años de trabajo mancomunado y bajo la misma inspiración, en la rela- ción docente asistencial, hoy se haya disipado irresponsablemente, mante- niendo cerrada la posibilidad de que los Servicios, en un plan formativo conjunto con la Facultad, así como otras universidades, hubieran acordado las oportunidades de un aprendizaje formal en esta área. Tanto más cuanto que la viga en que pretende asentarse la reforma propuesta por las autorida- des de salud está configurada en gran medida por estos recursos. ; Ha transcurrido ya más de un decenio desde que la Escuela ha recupera- do un cauce;; como para orientar sus objeti\'os sin más presiones que las de su propia misión yobjetivos académicos. Esta "liberación académica", presta a reimplantar los cambios curriculares y de organización institucional re- queridos por las nuevas condiciones de la medici na nacional, coincide una vez más con la inquietud mundial en torno a la enseñanza de las profesiones de la salud, < 1 •• 1-~, conmovidas esencialmente, en la práctica de la medicina, por e l abrumador desarrollo científico tecnológico, por la deshumanización creciente de su ejercicio y los desequilibrios en los sistemas de acceso y otOI"'" gamiento de la salud. En el plano ele la formación, más directamente atin- gente pero, en todo caso, subordim1do al objetivo final de servicio del profe- sional, nos encontramos con las me tas, previamente formuladas pero aún incumplidas, de aprender a aprender, en forma autónoma, con una educa- ' Mensaje de S.E. el Presidente de la Repüblica con el que se inicia un Proyecto de Ley que establece un Régimen d e Garantías en Salud . 22 ele mayo de 2002. h11p:// WWW.colegiomedico.cl/documentos/reforma/augegoh/ augeley.html ;; No arbitrariamente, hemos considerado el mio en que se reanudan las elecciones de Decano, por el claustro de profesores de la Facuhacl ( después del interregno de Decanos designados, durante el régimen milirar ) , como el que clc1ermina la posibilidad de reanudar la gestión académica autónoma de la Facultad ,. la Escuela. 80

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