Huella y presencia (tomo V)
TRADICIÓN YVANGUARDIA. De dónde y adónde va la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile a los 170 años de su fundación Dr. Eduardo RosselotJaramillo N, so,v Ml'c11,1s 1,N t:J. ,wu,vvo, 1...1s Esc:1•u,1s m: 1\11-:11u:1N,1 de tan larga y conti- nua trayectoria o en las cuales pueda encontrarse un hilo conductor institucional tan marcado y una característica de orientador central del cur- so de la medicina nacional de tal preeminencia, como es e l caso de la Escue- la de Medicina de la Universidad d e Chile. Porque de los 170 años de su recorrido, que hemos celebrado durante 2003, en cerca d e un centenar fue la única organización educadora de la pléyade médica que dio al país las bases de su cultura y condición sanitaria moderna. Fue e lla quien consolidó la ciencia biomédica de nuestros ancestros no sólo, inicialmente, con la trans- ferencia del conocimiento importado desde los centros más avanzados de Europa; se puede decir, con propiedad, que cumpliendo más que a cabalidad los dictados de Bello,(!>amplió, multiplicó, introdt\jo y creó ámbitos de de- sarrollo, genuinos y apropiados a las condiciones regionales, dando origen y cauce a generaciones de profesionales, educadores e investigadores que luego irían a constituir el semillero para nuestra realidad profesional médi- ca, tal como se desplieg-a hoy a lo largo y ancho d e nuestra tierra. Ydespués, lejos de renunciar a ese liderazgo asumido por razones históricas, no ha cejado en tener indiscutible vigencia y predominio -organizacionalmente o a través de quienes fueron formado.~ a su ale ro- en cuanta iniciativa se ha planteado para renovar la medicina, determinar sus sistemas de gestión, innovar en la educación misma y seguir orientándola; ahora con el concur- so de quienes, de algún modo también desgarrados de ese mismo tronco institucional, han logrado cimentar sus propias virtudes formativas para con- seguir la fuerza germinal, donde se fragua la mayoría de nuestros profesio- nales. La ardua tarea de conformación d e la Escuela de Medicina, la Escuela de Blest <>.>> iniciada en 1833, tuvo que enfrentarse al no disimulado rechazo al ejercicio de la medicina que experimentaba la sociedad chilena, santiaguina en verdad, prerepublicana y de comienzos del siglo XIX. Hasta la creación de la propia Un.iversidad de Chile , diez años después, sólo 4 médicos gene- ró la incipiente Escuela cobijada en el Instituto Nacional; pero de ahí en adelante, el incremento del número de alumnos y la irradiación de sus pro- fesores en el ámbito de la medicina nacional, y luego latinoamericana, fue indiscutible. Unos y otros lograron desarrollar, en lo restante del siglo XIX 77
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