Huella y presencia (tomo V)
Dra. Aída lvrshbaum K I IU tLI~\ Y l 'RlS[M:IA \ ' tros: eso no es así. La gente a la que le gusta la ense1ianza valora mucho la de pregrado, porque son los que Lie nen vocación. Se goza haciendo cla- ses, viendo cómo se interesan frente a temas, es- pecialmente en grupos peque1ios; es un placer des- cubrir que ponen atención, que les gusta. Ahora, el hecho de que han come nzado a hacer trabaj os d e investigación en terreno, cumpliendo todo lo que se les pide con la mayor se.-iedad, tanto que algunos de sus resul tados han sido publicados en revistas médicas, revela que sí sop logros y es un estímulo para ellos. Ha mejorado la evaluación de nuesu-a enseñanza en el pregrndo y esa puede ser la razón para que aho1<1 médicos recién titulados se integren a los programas que tenemos de postgrado, para completar su formación". Pero esta superación la ha visto no sólo e n lo que es enseñ anza, sino que también en el posicionamien to nacional de la Escuela d e Salud Pública, dejando en e l camino a o tras universidades que, en su opinión , no le han dado énfasis a la disciplina: "sus egresados vien en a prepararse acá", dice co n un orgullo innegabl e. Y respecto de la participación de la institución e n lo que son las políticas de país en materia de salubridad, cuenta que "cua n- do se inició la escuela había mucho por hacer, de alguna ma nera había que in iciar el recorrido. Ycomamos con el trabaj o de mucha gente genial, como e l doctor Bertjamín Viel, Abraham Horwitz -quie n llegó a ser director de la Oficina Sanitaria Panamerica na- y o t ros, quienes ven ían preparados desde fuera, en Estados Unidos y Europa, de modo que trnían conocimientos de avanzada, cosa que no se ve ía e n toda Latinoamérica; los argentinos empe- zaron a salir a l extranj ero mucho después". Hoy, dice, tampoco fal tan los genios -"en cada á rea tenemos varios"- , una d e las razones que h a devuelto a la escuela su participación a nivel ministerial: "tenemos profesores adjun- tos allá, haciendo su trabaj o, por lo que vamos e n fra nco camino de recupe- ración de nuestro sitial, siendo bie n cotizados en Chile y el continen te". Por todo esto es que se nota que la doctora Kirshbaum es tremendamen- te feliz haciendo su trabajo, prepa1·ando clases, corrigie ndo prue bas: "me olvido de las cosas tristes de la vida, lo paso estupend o haciendo investiga- ciones con los alumnos, revisando material, buscando bibliografía. Y una parte de esa felicidad es que ayudo a los estudiantes, fij ese que tengo más de 60 tesis aprobadas". Ese es sólo uno de los logros que la hicieron merecedo ra, en 1999, a l premio a la trayectoria otorgado por la Sociedad de Epidemiología (¡y costó un mundo que lo con tara!): "en esa ocasión alguien le preguntó a la doctora Cathe rine Fe rreccio, en esa época presidenta de la sociedad, por qué me habían elegido a mí: ella contestó "porque nos ha abierto una ven- tana y nos ha mostrado un camino, que es el que hemos elegido". 62
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