Huella y presencia (tomo V)
DR. Au\fA:\DRO Go1c G. del Curso de Medicina, ya había hecho un diagnóstico muy certero de las precarias condiciones sanitarias de aquellos tiempos, haciéndolas presente a las autoridades gubernamentales. En este sentido, bien se le puede considerar un pionero de la salud pública chilena. En su "Alocución" con motivo de la inauguración del Curso de Medi- cina en el Instituto Nacional el 27 de abril de 1833, pronunció estas encendidas palabras, que reflejan amor por la medicina, así como una clara y emocionada percepción de la trascendencia para el país d e la tarea educacional que él asumía: "El constante y ardiente deseo de mi vida ha sido el de coadyuvar a la benéfica tendencia, dignidad y respeto de la profesión a que pe rtenez- co; y siendo yo el primero que tie ne la honra de abrir las majestuosas puertas de la medicina al público chileno, ciencia ilustre que me po ne en circunstancias de poder se r útil al país, mi pecho se conmueve por un sentimiento d e gratitud hacia el gobierno que me ha proporcionado los medio de llenar mis anhelos y d e que mi nombre se encuentre e n su futura historia." Y, ciertamente, el nombre de Blest quedó inscrito indeleblemente en la historia de la medicina chilena. Por su parte, el prime r Decano de la Facultad, Dr. Lorenzo Sazié, en su discurso de inauguración d el Curso de Obstetricia , y en una época en que predominaban los saberes especulativos, ponía énfasis en la relevancia d el estudio de las ciencias naturales: "Por bastante tiempo han ocupado las abstracciones metafísicas casi exclusivamente los preciosos años de una ju- ventud estudiosa; era tiempo de que, así como en las naciones más ilustra- das, las ciencias saliesen d e esa especie de ostracismo para tomar su rango en el número de las demás, con toda la dignidad que les corresponde". Bajo la inspiración de estas dos re levantes figuras médicas e intelectua- les, la educación médica chilena no podía haber iniciado su camino de una manera más auspiciosa. La ruta fue continuada por una pléyade de eminentes profesores que no sólo tuvieron gran influencia en el campo educacional, sino que logra- ron también tenerla en el plano social y político en beneficio d e la medici- na y la salud. Profesores de la Facultad fueron también los impulsores de la Salud Pública, que llevaron al país a alcanzar los altos niveles sanitarios que hoy exhibe. A algunos destacados profesores les correspondió el honor de dirigir los destinos institucionales y sus retratos adornan las paredes de este Salón, como testimonio público de reconocimiento, recuerdo y gratitud de parte de nuestra Facultad. Pero, claro está, ha sido la comunidad d e profesores de distinto rango la que, de generación tras generación, han sostenido el andamiaje educacio- nal y académico de la Facul tad. Entre ellos, ocupan una posición privilegia- da sus Profesores Titulares, la más alta j e rarquía académica que otorga la Universidad y que constituye para ellos el reconocimiento institucional a la 51
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