Huella y presencia (tomo V)
RECONOCIMIENTO DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE A SUS PROFESORES TITULARES Dr. Alejandro Goic G. L1 msro1u,1 DE Nw,snu Ew:um.11 DE 1\1.mJCJNt1, es una singular y hermosa his- toria. Creada apenas quince años después de la Independencia definitiva de nuestro país, y en un ambiente sanitario y social muy desfavorable, se desarrolló lenta pero sostenidamente a través de los decenios. Ya a fines del siglo XIX, contaba con un majestuoso edificio institucional, un hospital pro- pio, una biblioteca especializada, aulas, laboratorios y un cuerpo estable de profesores. Además, la iniciativa y el esfuerzo de los profesores de esta Fa- cultad estuvieron presentes en todos los hitos importantes del progreso de la medicina chilena, como lo fueron e l Primer Congreso Médico, la funda- ción de la Sociedad Médica de Santiago y la Revista Médica de Chile, dando de este modo inicio al proceso de educación continua de los médicos. Su pleno desarrollo institucional lo alcanzaría en las primeras décadas del siglo pasado, época en que en el país se iniciaba de un modo consistente la investigación experimental en biología, cuyo desarrollo sería progresivo y creciente. A mediados del siglo XX, poseía sólidos departamentos de cien- cias básicas y preclínicas, activos en investigación científica, una prestigiosa Escuela de Salud Pública e impartía una enseñanza clínica descentralizada y activa, resultado de una significativa reforma de los estudios médicos. La Facultad había creado diversas Cátedras en algunos hospitales públicos, además de las existentes en el Hospital Universitario, servidas por profeso- res de gran jerarquía intelectual y docente que contribuyeron, no sólo a la formación de los médicos y otros profesionales de la salud, sino que tam- bién a elevar significativamente la calidad de la atención médica en el país. Probablemente, en la década de los 50 la Facultad alcanzó su mayo1· presti- gio nacional e internacional. Tanto en el siglo XIX como en el siglo pasado, debió enfrentar momen- tos conflictivos que vivió e l país pero, en cada ocasión, sus académicos, funcionarios y estudian tes supieron sortear con inteligencia las dificulta- des, sin que se pusiera en riesgo la integridad institucional ni se detuviera su progreso. Tal vez no esté de más recordar con una mirada panorámica lo que es hoy día nuestra Facultad de Medicina, una visión que se empine sobre los ripios con los que inevitablemente se tropieza en la actividad diaria: la Fa- cultad es una institución educacional compleja y en plena madurez, que 49
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