Huella y presencia (tomo V)
DR. TITO URETA los que están a cargo de la distribución de los fondos. Niemeyer y Allende será n siempre reconocidos por su gen erosidad sin límites que los llevó a diseñar proyectos para toda la ciencia chilena y latinoame ricana. NIEMEYER Y LOS PROGRAMAS DE DOCTORADO EN CHILE Durante l 969 y 1970 Niemeyer y otros unive rsiLarios de la Facultad de Medicina se dedicaro n a diseñar un Programa ele Docto rado e n Bioquímica con el propósito de estimula1: la inves ligación en la disciplina e n nuestro país. Su p ensamiento se resume en el discurso d el 25 ele ma rzo ele 1971 con que inauguró el Programa ele Bioquími ca (reproducido poi· J o rge Babul [7]) . El Programa fue posible gracias a un convenio e nt re el Departamento ele Bioquímica y Química ele la Facultad d e Medicina cuyo director e ra e l Dr. Carlos Basilio y el Departamen to de Biología ele la Facultad ele Cie ncias diri- gido por Luis Izquierdo (o tro gran universita rio que debié ramos recordar más a menudo). El Programa recibió ele CONICYT el estímulo académico y ayuda económica para financiar parcialmente sus actividades. Un par ele mi.os después CONICYT resolvió crear 12 becas de 100.000 escudos y una suma adicional para instrumentos ele laboratorio . No cabe e n esta sembla n- za la descripción ele los logros d el programa cuyo funcio namiento continúa e n lo esencial hasta hoy y que ha se rvido de mod elo para programas simila- res en otras universidad es. Parte d el éxito d e esos programas se debe a la insistencia de Hermann e n el carácter nacional que de bie ran tener para estimular e l intercambio ele profesores y alumnos y la participació n de pro- feso res d e todo el país en las comisio nes d e exame n para así asegurar un nivel comparable. Niemeyer consiguió que los rectores ele la Universidad d e Chile , de la Pontificia Universidad Católica ele Ch il e, de la Unive rsidad ele Conce pción y de la Universidad Austral firmaran un convenio en ese senti- do. EL PAPEL DE NIEMEYER DURANTE LA INTERVENCIÓN MILITAR DE LAS UNIVERSIDADES Niemeyer nunca participó e n aclividades políticas ni peneneció a parti- do alguno si bie n su pensamiento político era muy definido. Antes y d es- pués del golpe militar prosiguió sus trabajos de investigació n y docencia e n la Facultad de Medicina sin sufrir las iniquidades que otros grupos lllvieron que soportar. La situación e ra particularmente grave en la Facultad de Cie n- cias, institució n e n cuya creación tuvo participación activa. Por ello aceptó el nombramiento de Decano y logró proteger a los profesores ele la Facullad que, e n vis ta de la sill!ació n, abandonaban la Facultad y el país con un ritmo expon encial. La llegada d e Hermann logró detene r parcialmente el éxodo y la Facultad de Ciencias pudo continuar su tarea unive rsitaria . Su decana to se prolongó hasta marzo de 1975, pero ya antes era claro que los in terven to- res delegados no lo miraban con buenos ojos. En 1980, Niemeyer, en compañía del filósofoJ o rge Millas, su gran amigo 39
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