Huella y presencia (tomo V)

PENSAMIENTO DE LOS GRANDF-~ MAE!>'TROS DF. LA MEDICINA DR. EDUARDO CRUZ-COKE Si todo el mundo se conociera, probablemente todo el mundo se ama- ría. Unicamente la caridad permite amar sin conocer. No es posible hoy día entregar a las solas fuerzas morales de una socie- dad el enderezo de las armonías colectivas en peligro; estamos en la obliga- ción de utilizar en e llo todo lo que la ciencia nos ha descubierto con todo el arte de que podamos disponer. La difusión rapidísima de las ideas y de las costumbres nos marca a todos sin excepción. Por muy viva que hagamos la historia, su influencia es despre- ciable en la relatividad en que vivimos. La necesidad de la cultura general se impone cada vez más en este siglo de la división máxima del trabajo y del estudio, y esta Universidad hace fun- damental obra civilizadora a l favorecer la extensión universitaria, transfor- mando este anfiteatro en arena común de todas las ciencias y de todas las artes. El hombre tiende a juzgar a los demás en relación a sus propias condicio- nes; un hombre robusto no se imagina que a lguien se enferme; se es pa- trón, será injusto con sus subalternos delicados; un hombre ágil no acepta- rá la lentitud en el trabajo de aquel que es pesado y acciona con demora, y así cada cual exige de los demás, aunque pertenezcan ellos a otro sexo, a otra edad u otra organización física, el trabajo y la reacción frente a un estímulo que tuviera él mismo. Este desconocimiento de la naturaleza de cada individuo es tanto más grave y se traduce en mayores males cuanto más importante es su función social. El gobernante, el legislador, el juez, el profesional, e l patrón y e l jefe necesitan en forma absoluta tener conocimiento de esta diversidad de ca- racteres orgánicos para legislar,juzgar, mandar, resolver de acuerdo con ellos. Para que la vida de un hombre sea fuente permanente de inspiraciones para los demás ha de contener mucho más de lo que puede traducir lo efímero de su condición humana. Tal fue el caso de Pasteur, que hubiera necesitado muchas vidas más para desenvolver completamente su potencia creadora de imágenes audaces, sttjetas siempre a la eficacia d e una acción que alivió para tantos el camino de su dolor. Buscó, para entrar a la ve rdad científica, la puerta estrecha d e las aristas de un cristal. Para analizar las curiosas propiedades de los tartratos, intro- dujo en química una metódica que empleaba organismos vivos para su me- jor conocimiento y creó con la bioquímica e l capítulo más importante de la fisiología contemporánea. . 27

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=