Huella y presencia (tomo V)

Hl' EI.IA \' J>Rl•:s1,:,-;c1A V y la enseñanza han venido desde la universidad. Grandes hospitales, en las ciudades más civilizadas, se han integrado a la vida universitaria. Formando parte de e lla. En todo médico bien formado hay un impulso docente que lo hace actuar sobre los que lo rodean. La cúspide de la carrera médica es, sin duda, la universidad. La acción médica de hoy se desarrolla por un cortjunto de p e rsonas, las cuales, en diversos niveles, deben estar coordinadas y d irigidas por el médi- co. Junto al médico están las enfermeras, las visitadoras sociales, las dietistas, los técnicos laborantes, además de los estadísticos y diverso} y numerosos elementos auxiliares. En e l ámbito de la enseñanza, de la vida de hospital, así como en los numerosos servicios públicos y organizaciones de orden médico, hay todo un amplio grupo que actúa. Pues bien, en ese medio, el médico es e l conductor, el coordinador, e n una palabra, el líde r. El mundo propio de la medicina es, pues, compartido por un gran grupo de personas que , salidos de la universidad, con diversos tipos de conocimientos, cada uno converge a la acción médica. La medicina es acción. He aquí cuatro elementos que, escalonados, com- ponen esta gran acción: 1) la medicina en sí, es decir, la suma de sus conoci- mientos, con toda su complejidad, en constante progreso y renovación; 2) e l médico , quien pone en acción toda la experiencia acumulada; 3) el enfer- mo, un ser humano que sufre y, finalmente 4) la sociedad, es decir, e l medio ambiente ecológico. La presencia de un ser humano impone a la medicina una condición neta: la un idad. El enfermo no es susceptible d e fragmentación. El enfermo significa una modificación anormal de estructura, funciones , alteraciones bioquímicas, e nzimáticas y hormonales y, finalmente, una repercusión a ve- ces honda, e n el equilibrio psíquico del paciente. Además, el enfermo for- ma parte ele un grupo fami liar y, más allá, de la sociedad. Para prevenir y cura r enfermedades -el fin milenario- existen medios especiales que les son propios. Es, en verdad, la sustancia de la medicina. El mundo en el cual e l médico se desenvuelve no conoce clases sociales, ni condiciones económicas, culturales y raciales, ni posiciones de ninguna especie. Sólo conoce e nfermos. Se pueden esquematizar las obligaciones que sobre e l médico recaen: fre nte a la medicina, procurar sus progresos y mantener su rango; frente al enfermo, curar o aliviar su dolencia; frente a la sociedad, procurar su pro- tección y, frente a sí mismo, estar en constante perfeccionamiento para po- der atender sus funciones en la forma más noble y acertada posible. El médico debe tener con ciencia clara de cuánto sabe y de Jo que es 24

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