Huella y presencia (tomo V)

SD11\IA~ZAS Muy pronto numerosos jóvenes rodean al maestro, quien aún no tiene cuarenta años, cuando inicia su gran obra en nuestro país. De 1937 a 1945, el Gobierno le encarga la misión de organizar la lucha antimalárica en el puerto de Arica y sus valles vecinos. Resultó una campaña tan bien concebida, organizada y llevada a cabo, que el paludismo se erradicó de una manera definitiva, lo que en aquella época significó un éxito sin precedentes. Fue una exacta experiencia científica, en gran escala. Más de treinta generaciones pasaron por sus cátedras, en un esfuerzo docente de caracteres muy singulares. En sus laboraLOrios,junto a la docencia, fue pro- gresivamente desarrollando una amplia investigación científica. El gran gru- po trabaja en común. La excelente Revista de Biología, por é l creada, publi- ca estas contribuciones. Espíritu esencialmente europeo, clásico en sus mo- dalidades científicas, es ejemplar en su método de trabajo. Es ordenado, juicioso y, a la vez, crítico. Inteligencia sobresaliente, aguda y brillante; do- minó el idioma español, lo escribió y habló con fluidez y elegancia. El grado superior de su cultura fue la admiración de los que lo conocieron. Dejó numerosas comunicaciones de orden biológico, histológico yacer- ca de temas de parasitología. Ligado a su Italia en forma muy honda, no aceptó los regímenes totalitarios y cuando sobrevino la Segunda Guerra Mundial su espíritu estuvo muy angustiado. Escribió, entonces, en un bello idioma, un libro de primera calidad: Italia, la Latinidad y la Guerra, publica- do en 1941. A lo largo de los decenios que ha cumplido la Escuela de Medicina, po- cas mentalidades han tenido una influencia más trascendental, como la irra- diada de esta excepcional personalidad. Sencillo y bondadoso, fue siempre un ejemplo y supo dar a sus discípulos tempranas responsabilidades. La deuda de gratitud de la Universidad es inmensa. El Institu to de Biología que él formara, así como e l hospital de la ciudad de Arica, llevan su nombre. Una ley de la República le concedió la nacionalidad chilena a título de póstumo, como expresión de un reconocimiento nacional. 217