Huella y presencia (tomo V)

SnmLA~ZAS tigación, especialmente en e l sistema nervioso. Retirado de la enseñanza en 1913, es después Miembro Académico y Decano de la Facultad (1917-1921). Su obra adquirió el sello de su personalidad: intelige ncia, austeridad y pon- deración. El progreso fue evidente en la enseñanza. Incursionó en las cien- cias naturales y escribió varios libros al respecto. En 1926 murió en una gloriosa ancianidad. 1848-1933. AUGUSTO ORREGO LUCO. Es una de las más brillantes figuras de la medicin a y de la intelectualidad de Chile. En sus ochenta y cinco ali.os vividos en pleni- tud, actuó en la Universidad, en la profesión médica , e n la política, el periodismo y en la literatura. Y fue, sucesivamente, gran profesor, un médico de la más alta calidad, un político agudo y sagaz, y, finalmente, un escritor que entregó libros escritos en el más bello estilo. Alumnos de José Joaquín Aguirre, hizo primero la carrera de anatomista; después pasó a neurología, la que logró dominar en toda su amplitud. Entre 1877 y 1879 publicó dos trabajos fundamentales: "Una nueva teoría de las fun- ciones cerebrales" y "Las circunvoluciones cerebrales". Médico legista de Santiago, advirtió las estrechas relaciones entre las perturbaciones men- tales y psíquicas y el crimen. Su huella en la neurología y la psiquiatría son aún enormes. Implantó, el primero en Chile, la historia clínica de cada enfermo de su servicio de hospital. Así fue como, en observaciones cuidadosas, logró demostrar, a partir de 1892, que la tabes era una mani- festación tardía de la sífilis. Faltaban aún varios lustros para el descubri- miento del germen de la enfermedad. Las agudas observaciones clínicas de Orrego fueron una de las bases para que autores alemanes, Erb, de Heidelber, entre e llos, plantearan esta posición doctrinaria en un deba- te científico de dimensiones internacionales. A la muerte de J. M. Charcot, en 1893, escribió su biografía y fue una de las tres incluidas en la famosa Corona Fúnebre editada por el Gobierno francés. Diputado, Presidente de la Cámara, llegó a ser, también, un maestro en e l arte de la política. Varias veces se desempeli.ó como Ministro de Estado. Colaboró durante muchos años en "El Mercurio" y fue un periodista de la más alta calidad. Poeta en su juventud, en la edad madura escribió numerosos volúmenes de permanente interés. Mezcla, en forma muy elegante, la historia, las biografías y sus observaciones p ersonales, lo cual hace de cada página una obra de arte. Debe recordarse "Los Recuerdos de la Escuela" . En este libro traza la historia de la enseñanza médica en Chile, desde 1865, cuando ingresó a la Escuela, hasta la primera década d e l presente siglo. Fue , desde 1918, un miembro de la Academia Chilena. Humanista de la más amplia y auténtica calidad, rodeó todos los actos de su vida de un sello especial de distinción y elegancia. 213

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