Huella y presencia (tomo V)

ESPACIOS DE CREATIVIDAD debes darme toda tu vida sin condiciones' dijo ella re pitiendo esta frase en arpegios. Entonces Román , paradójicamente, tomó dos pedazos de a lgo- dón clínico y rápidamente se ocluyó los oídos. Porque un héroe verdadero consigue escapar al canto de las sirenas. Los rasgos de la mujer se distorsionaron y luego se desvan eció, muda y en espanto. Román , otra vez consternado y sin explicación para estos sucesos, huyó d espavorido d el lu- gar. Tomó el ascensor con d estino a la reside ncia médica e n el tercer piso pero éste no se detuvo, lo llevó volunta riosamente a la azotea del hospital. Cuando se ab rió la pue rta caminó unos pasos en la oscuridad y adivinó el perfil d e un hombre de edad inde terminada con un largo y blanco delantal de otoño. ' Por fin h as llegado . Después de siete años ll ega alguien como tú.' El hombre parecía librar una batalla entre la nostalgia y el alivio, como aquél que piensa que el inicio también es el fin , el alfa y el omega en los cirios de los altares. Levantó su figura y dijo: 'Yo, e l Guardiá n d el Santo Fonendo te nombro como e l nuevo Galán Galeno, fi el protector de ideales, vocaciones y la unión entre estudiantes. Que la Virgen de Montserrat siem- pre te acompañe'. El hombre llevó sus manos al cuello, se quitó el fonendo y se lo entregó al ahora recién ungido Galán Galeno. Luego cada uno tomó su camino, sin dolor y en silencio. Otra vez e l cometa h abía comple tado su órbita elíptica con resignación". Dos años más tarde egresamos de la Facultad. Y durante e l juramen to hipocrático el gran secre to se nos era d evelado: nos jurábamos amistad perenne y nos bendecíamos antes de dejarnos ir. Desde entonces nuestras historias han sido diversas. Pero nos h emos ma ntenido juntos y hemos crea- do una familia substituta. Si me pides un consejo para los años que estás viviendo te diría que subas al escenario y hagas teatro. Cambia tu atuendo y los colores de tu rostro, piensa que hay más de un camino hacia la virtud y sus panorámicas son hermosas. Cuando en una noch e sin luna estés fl anqueado por tus amigos saltimbanquis, embebido en cantos y parlamen- tos, a legrando a otros con tu arte, es posible que encuentres alivio. O tal vez te encuentres con alguien: ya sabes que cada cierto tiempo, en la Facultad de Medicina Norte, en una noche sin luna se aparece e l Galán Galeno. FIN 199

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