Huella y presencia (tomo V)

DR. GERARDO SuARi-:z interna. Me impresionó a mí como un médico que era muy consciente de las limitaciones de la medicina y que debido a eso concebía esta pro- fesión como un proceso en permanente evo lución. No era un prescriptor de un formulario farmacopeico convencional. Ya en esa época él es taba alerta ante el peligro del uso indiscriminado de drogas, debido a los efec- tos tóxicos secundarios de casi todas e llas. El fue, primordialmente, un excelente médico por su intención de tratar de la mejor manera posible al paciente. Esta honradez máxima lo llevó a conside ra r todo acto de intervención clínica como un verdadero experimento científico. Mediante esta dualidad clínico-científica esperaba acercarse a una reali zac ió n de veracidad, una manera muy noble de ejercer la medicina. Inconsciente- mente se aproximaba con su actitud a implementar e l predicame nto so- crático de la búsqueda de la verdad. Para e l filósofo griego ésta senc illa- mente no existía como tal y sólo sejustificaba si estaba acompañada d e la búsqueda de la virtud. En e l caso d e la labor d e Alessandri esta virtud e ra lograr la salud del enfermo. Su manera de actuar era definitivame nte científica a pesar de que su actividad no era reconocida como la de un investigador. Espontáneamente e implíci tamente (¿y en forma tácita?) fue además un filósofo d e la cien- cia, un verdadero exponente de la filosofía analítica del siglo veinte . Como ejemplo de su adherencia a un pensar lógico en e l ejercicio de la medici- na yo recuerdo una clasificación de los tipos de insuficiencia cardíaca que nos entregó en el curso de medicina interna. Contrariamente a cl a- sificaciones en boga, que se basaban en mecanismos de producción d e las diversas entidades cl íni cas, é l propuso una clasificació n simplemente fenomenológica. Esta se caracterizaba por agrupaciones de los tipos ele pacientes de acuerdo con conjuntos de síntomas o signos. Él no acepta- ba, como era lógico, una clasificación basada en conceptos que en esa época eran desconocidos, precisamente los mecanismos de las distintas formas de la enfermedad. De esta manera é l contribuyó a solidificar la utilidad en medicina, como en toda ciencia, de organizar colecciones de observaciones antes de atreverse a construir teorías o hipó tesis explica- tivas generalizadoras. Consciente de la naturaleza muy incompleta de la "ciencia" médica é l tenía una avidez por la búsqueda de datos. A pesar de su enorme expe- riencia clínica, parecía con frecue ncia que estaba enfrentando por pri- mera vez a una enfermedad. Yo quedé impresionado cuando Alessandri dejó indeleble en su memoria la imagen de una enferma de edad avanza- da, e n que se encontró algo semejante a una enfermedad mieloicl e proliferativa, como una leucemia. Después de un análisis más refinado se llegó a la conclusión que no era leucemia sino una reacción "leucemoide" a una enfermedad respiratoria aguda. Meses después, en una reunión clínica cuando gran parte de los participantes ya habían o lvidado esta historia , se presentó un caso similar y e l profesor Alessandri recordó a 181

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