Huella y presencia (tomo V)

HUELIA Y PRESENCIA V so, con un potencial para el futuro aún mayor. Muchos factores han influido para e llo, pero quiero destacar dos: el atractivo internacional de nuestro país, actualmente, y el nombre de la Universidad de Chile, como la institu- ción de educación superior más importante del país. Hemos con tado con el apoyo de la Embajada de Chile, y de muchos chilenos que trabajan en las instituciones con que hemos establecido actividades de cooperación. La colaboración de los ex alumnos de la Universidad que residen en los Esta- dos Unidos h a sido extraordinaria. Pero indudablemente, el éxito de esta iniciativa es el fruto del apoyo irrestricto que h emos recibido de la Rectoría y de los Departamentos Centrales de la Universidad, especiaJmente del De- partamento de Extensión y Cooperación In ternacional. Pero fundamental- mente, si hemos obtenido resultados, es porque detrás de nosotros h emos tenido todo el talento de los académicos de la Universidad que h an partici- pado en nuestros programas. Finalmente, quisiera expresar en voz alta algunos pensamientos perso- nales. Tuve la gran fortuna de pertenecer a una familia excepcional. Mis padres fo1jaro n mis principios y mis valores con el ejemplo de sus propios valores, su rectitud, su dedicación y su amor. Pocas cosas provocan tanto mi gratitud como el hecho de haber logrado una relación familiar tan honda con mis padres y mis tres hermanos. Hace 32 años mi vida se confundió con otra, la de la mujer de quien me enamoré, con quien me casé, y con quien h emos caminado desde entonces juntos, compartiendo logros, decepciones, penas y alegrías. Ella enriqueció mi vida y me ayudó a ser más, y no puede haber nada que merezca tanta gratitud como ser más. Juntos hemos compartido la fortuna de haber teni- do tres hijos ejemplares, triunfadores en sus propias vidas, y que nos han dado, sin ninguna duda, el logro más grande que hemos alcanzado en nues- tras vidas: el privilegio de que ellos sean nuestro hijos. Pienso que h e sido un docente, un científi co, un universitario, y tal vez un internacionalista. He gozado todo lo que he hecho, y por eso hoy día se me distingue. Yo debería ser el que distingue y no el distinguido. Cien Seaborg expresó, cuando se le hizo entrega del Premio Nobel de Física: "Si he sido capaz de mirar e l futuro, es porque he podido subirme a los hombros de los gigantes que me antecedieron". Yo he nombrado hoy día a varios de "mis" gigantes, y pienso que "el" desafío de una Universidad es contar con acadé- micos grandes para que puedan prestar sus hombros a las generaciones fu- turas. Al finalizar estas líneas, no puedo dejar de mencionar la importancia que en todos estos años ha tenido la Facultad de Medicina en la definición de las políticas y programas de salud del país, a través de la participación de los recursos humanos de excelencia que ha formado a t ravés de su historia. La globalización, la transición demográfica y epidemiológica, las desigual- dades en la salud, la inequidad en los Servicios de atención de la salud y la ineficiencia en la gestión del sector propios de los países de menor desarro- 146

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