Huella y presencia (tomo V)
DR. JORGE LITVAK Se inscribió la Corporación en el Distrito de Columbia, se designó su directorio, se estableció el marco legal y tributario, se definió su misión, y nos pusimos a trabajar en mayo de 1992. Fuimos identificando y seleccio- nando las estrategias más eficientes para interesar a un sinnúmero de insti- tuciones en los programas de la Universidad. Despertamos así el interés de los Bancos y las Agencias para el Desarrollo, como el Banco Mundial, el BID, AID y PNUD. Promovimos alianzas para desarrollar investigaciones colaborativas con universidades, como la Universidad de Arizona, la Univer- sidad de Maryland, Washington State University, Massachusetts Institute of Technology, Oid Dominion University; con centros de investigación d e ex- celencia como el NIH y el Carnegie Institute ofWashington; Fundaciones, como la Tinker Foundation; agencias de gobierno como la National Science Foundation y el National Institute of Standards and Technology, y Organis- mos Internacionales de Cooperación Técnica como la Organización Pana- mericana de la Salud y la Organización de Estados Americanos. En conjunto con las Facultades, Institutos y Centros de la Universidad, obtuvimos financiamiento para proyectos en áreas tan diversas como la de políticas públicas, ambiente, zonas áridas, bioética, biología, medicina, estudios altiplánicos y sismología; contribuimos a conseguir equipos de laboratorio para la rehabilitación de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, particularmente de la Universidad de New Mexico, además de promover constantemente una serie de intercambios académicos para identificar nue- vas áreas colaborativas. Los logros alcanzados en términos de movilización de recursos para la Universidad han sido cuantiosos a través de estos proyectos y programas colaborativos. El presupuesto operacional de la Corporación constituyó en 1993 sólo un 2% del total de los recursos obtenidos en dinero, equipos o servicios. Sin considerar además los recursos intangibles, aquellos que son de difícil cuantificación pero que contribuyen de una u otra manera a la visibilidad y proyección internacional de la Universidad, como las consultorías, el patrocinio y la participación en cursos y talleres internacio- nales y las alianzas estratégicas con otras instituciones de educación supe- rior, tanto de los Estados Unidos como de otros países de la Región. Cuando presenté el informe anual de la Corporación al Directorio, en abril de este año, uno de los Directores me pidió, a la hora del café, que le explicara mejor lo de la cuantificación de aquellos recursos que no se movi- lizan necesariamente en efectivo. Se lo expliqué con una anécdota que con- taron del escritor González Vera, cuando se inauguró la plaza que lleva su nombre en la Comuna de Providencia. El trabajaba en los Ferrocarriles del Estado en una bodega de cama. Aplicaban multas por atrasos y él esmeraba, por lo tanto, su puntualidad. Aunque de vez en cuando decidía prolongar el tibio disfrute de la cama, diciéndose: "Hoy voy a dormir cuatro pesos cin- cuenta". Pienso que la iniciativa del Rector se ha traducido en un proyecto exico- 145
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