Huella y presencia (tomo V)
ESCUELA DE VIDA Sr. Sergio Páez. S i-:NADOR DE LA REPÚI\I.ICA Mi llegada a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, cuando recién culminaba la etapa adolescente, se produce en el año 1953 y coinci- de con el período en que el Dr. Benjamín Viel ejerce su Dirección, con singular celo y buen criterio. Muestra palmaria de ello es el nombramiento de don Rafael Agustín Gumucio, quien asume la tarea de organizar la fun- ción administrativa de este centro académico. Viví el proceso de maduración laboral y personal en medio de un grupo humano selecto, en el que cada uno aportaba su dimensión y perspectiva, para alcanzar un clima institucional acorde con las necesidades de eficien- cia y seriedad que debía poseer un centro académico de tradición señera y dedicado a la preservación de la vida. Es así como pude aprender lecciones de vida de tantos funcionarios como Fabriciano Moreno, Augusto Maturana, Alfredo Montalba, María Valenzuela, Inés Lira, Silvia Verdugo, Marian Atoni y tanto otros. Del mismo modo, me correspondió apreciar el talento profe- sional del Decano Hernán Alessandri, de los profesores Amador Neghme, Francisco Hoffman, Félix de Amesti, Walter Fernández, Gustavo Hoecker, Danko Brncic, Ignacio Matte, Otto Kenber, Gabriel Gasic, Enrique Egaña B. , Gido Solari y de otros que conformaron un entorno de cualidades profe- sionales y humanas. Eran los albores de la administración autónoma y en las antiguas depen- dencias del hospital San Vicente, ubicadas en Zañartu 1042, compartí activi- dades laborales con el pintor Héctor Wistuba y con el pascuense Pakarati; con las secretarias de cátedra, Adriana Parker, Ana María Alessandri y con la químico-farmacéutica Lilian Clark. Con todos ellos, contribuimos -cada uno desde su perspectiva- a generar un espacio de trabajo serio y cordial, donde el proceso enseñanza-aprendizaje y la función social de la medicina iban de la mano. En medio de ese contexto, comencé a desarrollar mi vocación pública, inspirado por Rafael Agustín Gumucio, en la dimensión política y por Luis Quiroga en el ámbito gremial. Fui Director de la Asociación de Profesores y Empleados de la Universidad de Chile, y en tal calidad tuve la ocasión de defender los derechos de nuestros asociados, en un ambiente de respeto y diálogo. Allí pude relacionarme directamente con el Rector Gómez Millas, con el Decano de Arquitectura, Largio Ai-..edondo, Presidente de APEUCH, 133
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