Huella y presencia (tomo V)

HL'ELIA Y l'RESE:-CIA V Sin embargo todo esto tenía un costo importante de telecomunicacio- nes. Con el objeto de disminuir estos costos, en 1988 se lanzó un proyecto de colaboración entre la National Library ofMedicine, la Organización Pa- namericana de la salud y la Universidad de Chile, denominado BITNIS (BITNET y el Sistema de Intercomunicación de la NLM). En esa época BITNET ya había sido desarrollado en Chile por el Dr. Andrés Stutzin y el ingeniero Florencio Utreras. El programa de pruebas para BITNIS fue ela- borado por Andrés Stutzin y Víctor Cid, quienes en agosto de 1988 instala- ron exitosamente el software en la NLM, Washington. Esto significó un aho- rro importante ya que las comunicaciones a través de BITNET eran sin cos- ~ to. Después de un año de acceder en línea a las bases de datos del sistema MEDLARS, la OPS hizo una evaluación de este Centro, instalado en Chile, y nos invitó a una estadía en la NLM para estudiar más a fondo el sistema MEDLARS. Después de darnos el título de "Medline Experts", el consultor· de la OPS Dr. Carlos Gamboa, en ese tiempo trabajando como experto para la NLM, nos hizo la donación de la base de datos Medline en CD-ROM, formato que en esos tiempos recién estaba empezando a utilizarse, y de una lectora óptica. La Biblioteca Central de la Facultad de Medicina de la Uni- versidad de Chile fue la primera en el país en contar con esta tecnología para dar servicio a sus usuarios. Este nuevo avance tuvo otro gran impacto en este contexto, ya que al no necesitar de las telecomunicaciones los costos se hicieron considerablemente menores, y es así como desde el año 1988 la biblioteca contó con esta nueva tecnología como otra alternativa de acceso computarizado a la información científica. Todas estas ventajas del CD-ROM frente a la búsqueda manual o en línea, tuvieron como consecuencia un notable aumento de las solicitudes, ya que en definitiva esto se tradujo en un menor costo para e l usuario y una economía de su tiempo. Asimismo el investigador o el médico muchas veces permanecía junto al bibliotecario durante la búsqueda, lo que aumentaba notablemente la eficacia. A fines de 1990 iniciamos en la biblioteca un servicio de búsquedas bi- bliográficas remotas, con el fin de optimizar la capacidad de respuesta del sistema, especialmente para los usuarios que estaban físicamente alejados, o que por sus actividades les resultaba difícil acudir personalmente a la Biblio- teca. A este servicio se accedía vía módem, a u·avés de una red pública de transmisión de datos, que ingresaba a los servidores de la Facultad de Medi- cina, de esta manera los usuarios podían solicitar sus búsquedas vía correo electrónico. La experiencia tuvo un resultado explosivo. Surgió así la nece- sidad de dar acceso directo, remoto y multiusuario a las bases de datos alma- cenadas en CD-ROMs. De esta manera se complementaría el servicio de búsquedas por pedidos, con un "autoservicio" de información para todos los usuarios del área de la salud, ya fueran médicos desde sus consultas, investigadores desde sus laboratorios, bibliotecas, hospitales, etc. de Santia- go y provincias. Pero esta idea necesitaba recursos, y con el propósito de 120

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