Huella y presencia (tomo IV)
Hl"ELIA Y l'Rl•:Sl·SCIA IV listas. En lo profesional con generosidad se ha entregado por entero, en lo profesional , a la especialidad contribuyendo decisivamente a prestigarla, a través de su palabra y de sus escritos siempre vigentes en la vida intelectual de nuesu·o país. Por todas sus realizaciones aquí reseñadas, podemos afir- mar que ha sido el psiquiatra de mayor trascendencia en la historia de la psiquiatría en nuestro país. AJ observar la enorme y creativa obra de Roa me ha surgido la siguiente pregunta, ¿Qué es, lo que le ha movido a realizar esa enorme tarea? No puedo soslayar intentar una respuesta, pese a que entiendo que todo hom- bre es un enigma y que mi aproximación será modesta. Es claro que, sus inquiemdes se originaron en una familia paterna ejemplar y, que pudieron continuar en su madurez, gracias al apoyo generoso e irresu\\cto de su espo- sa e hijos Para todos los que le hemos visto en las tareas médicas cotidianas, es evidente su vocación de médico clínico, sorprendiendo como su atención e interés son cogidos de inmediato por los relaLOs de los pacientes. En tales situaciones se le ve concentradísimo, entretenido, observándo absorto lo que ellos dicen, pregúntando y repregúntando inquisitivamente con pala- bras y con gestos del cuerpo buscando aclarar todo el cuadro clínico, sin noción del frío, calor, ruido o del tiempo, y como al finalizar las entrevistas continúa comentando el caso clínico desde distintos ángulos. No hay duda, la tarea clínica ha sido para él una pasión. Otro aspecto también evidente es su curiosidad intelecmal. Siempre está entusiasmado leyendo alguna nueva novela, o releyendo antiguas, mirando un libro de pintura o poesía o algún texto de filosofía, sociología o antropología, u otros que reflexionen con nuevas perspectivas las eternas interrogantes humanas, o alguno de psiquia- tría o de las ciencias en general y comentándolos con los demás. Siempre está educando. Ya sea enseñando personalmente o por escrito LOdo lo que sabe, o bien motivánclo, exhortándo, o exigiéndo, a sus alum- nos, colegas o amigos, con el propósito que cada uno de ellos se perfeccio- ne y fructifique lo mejor de sí. Pienso que estos aspectos mencionados, obvios para cualquiera que le ha conocido traducen sus motivaciones más profundos, su amor por la ver- dad y por el perfeccionamiento espiritual. Desde allí se explica su interés por develar hasta donde sea posible conseguirlo, el misterio que encierra cada caso clínico y encontrar la verdad d e ese caso particular. En su inte r·és por la ciencias y humanidades, a través de la mirada de escritores, poetas, pintores, médicos, antropólogos, científicos puros, psiquiatras y místicos, busca conocer más hondamente las verdades universales del hombre y del cosmos. En su entrega abnegada a su familia, a la medicina, a su prójimo, en su desprendimiento de los bienes materiales y de sí mismo, en su conducta piadosa celosamente ocultada, ha cursado su pasión d e perfeccionamienLO espiritual. 102
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