Huella y presencia (tomo IV)
DR.JU.IO PAI.L<\VIC:J:-;1 G. nos sistemas clasificatorios internacionales. En tales criterios lo propiamen- le psíquico no existe, porque no precisan como el paciente vivencia su adicción. La clasificación Roa basada en las mo tivaciones que inducen a los paciente a beber, sitúa e l problema en la dimensión psiquiátrica y antropológica debida yabre nuevas perspectivas a los estudios farmacológicos, clínicos y terapeúticos. De hecho, él postuló que la dependencia al alcohol sería un intento de autoterapia que realizan los pacientes, para librarse de enfermedades a investigar (10). Considerando, lo extenso de la producción científica de Roa, el tiempo asignado para esta presentación y mi incapacidad para resumirlas mejor sin desvirtuarlas, sólo enunciaré muy brevemenle algunas de otras contribucio- nes también importantes. Precisó que en los pacientes psicópalas e l fenómeno psíquico esencial es, la incapacidad del sujeto para trabajar con la perseverancia y eficiencia que requiere el quehacer normal. Por eso su actitud ante la vida es cómoda, ventajista, pués se aprovecha del esfuerzo ele sus próximos, y naturalmente simpatiza con su modo de ser y actuar. No sería la presencia de un rasgo determinado, como, por ejemplo, e l fanático, o sensitivo, o hipertímico, o histérico, o cualquier otro, Jo que definiría al psicópata, sino el vivir tal ras- go de la manera referida y todo esto trasuntado en su conduela. Diferente es lo que ocurre en los sujetos que tienen un "carácter anormal", aun cuan- do ellos posean los mismos rasgos que hemos ejemplificado, porque ellos tienen conciencia que sus rasgos les hacen sufrir, luchan para evilar que se traduzcan en comportamientos exagerados y son capaces de trabajar nor- malmente. Mostró las características semiológicas de la Percepción Primitiva de Re- ferencia propia de las epilepsias, diferente de la Percepción Delirante Pri- maria de las esquizofrenias. Describió con rigor y agudeza numerosos fenó- menos psicopatológicos y clínicos presentes en pacienles epilépticos, que habitualmente pasan desapercibidos para e l clínico si no los indaga dirigidamente (11). Realizó una rigurosa y completa descripción del carác- ter epiléptico, que permitiría a cualquier médico reconocerlo en los pacien- tes, aun cuando los síntomas epilépticos fueran muy poco pesquizables. Des- cribió acabadamente la semiología de los cuadros clínicos de oscuridad de conciencia leve, presentes en algunos enfermos, cuadros clínicos de suyo confuso y que sin estas precisiones resultarían difíciles ele diagnosticar. Realizó completas descripciones clínicas de la Anorexia Nerviosa y del llamado Trastorno por Somatización de las clasificaciones internacionales. A la luz de su semiología, Roa las señaló como Paranoias: de Belleza la pri- mera y del Cuerpo la segunda, ya que en ellas las ideas de belleza y de inca- pacidad corporal para poder trabajar, son ideas deliroides que se sistematizan en una trama coherente. Afirmó que son psicosis porque los enfermos esta- rían impermeables a su propia experiencia y también a la ajena, sin noción de enfermedad y detenidos en su desarrollo personal. Esta conceptualiza- 99
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