Huella y presencia (tomo IV)

etapas iniciales de la enfermedad, momentos en que el diagnóstico precoz es decisivo para el pronóstico, tal como ha sido demostrado en numerosos estudios empíricos actuales. Respecto de los consumidores d e marihuana, los clasificó en Habituales y Ocasionales. Los primeros porque fuman diaria o semanalmente peque- 11as o grandes dosis, dependiendo de la sustancia para evitar sentimien tos o estados de ánimo negativos, ciarse agrados, evitar o adaptarse a una realidad de vida que les resulta agobiadora. Los fumadores Ocasionales no necesitan la sustancia, sólo lo harían en algunas situaciones en que desean comple- mentar el agrado de l momento (9). El alcoholismo, la más extendida de la farmacodepend~cias motivó la atención de Roa, ya en la década del setenta publicó una original clasifica- ción de la enfermedad, desde lo que muestra la mirada fenomenológica. Distingue a los Normotimimizantes que beben alcohol porque así se sienten más seguros, más animados, con mayor facilidad de palabra, mas sociables y se vivencian más plenamente como personas, resubjetivizados y en pleni- tud, bienestar que sin el fármaco no consiguen. Los Tediofóbicos, al ingerir alcohol tienen la vivencia de estar entretenidos, sentir la vida agradable, sin el tedio que habitualmente experimentan ante las rutinarias tareas cotidia- nas en el trabajo o en el hogar. El tiempo se les desliza rápido, gozozo, e l espacio de la cantina resulta acogedor, los problemas aparecen sin impor- tancia y la conve rsación resulta entreLCnida. Por último, estarían los Impulsivos-Sintomáticos que se embriagan con el objeto d e aliviar algún doloroso síntoma provocado por otra enfermedad psiquiátrica subyacente. En la historia de la psiquiatría, las primeras precisiones acerca de los sujetos que bebían grandes cantidades de alcohol y repetidamente, apare- cieron en 1817 cuando fueron denominados Dipsómanos por Von Bruhl Cramer, aludiéndo a sus ingestas intensas, bruscas y descontroladas. Ese au- tor no diferenciaba modalidades de ingesta y su aproximación consistió en describir lo que ellos hacían. Con posterioridad , Magnus Huss en 1847 in- ventó el término alcoholismo, él lo definió como: "El conjunto de todas las perturbaciones físicas o psíquicas duraderas, producidas por el consumo de alcohol", además describió las lesiones que se producían en diversos órga- nos, lo que claramente apunta a una concepción anatomopatológica d e la enfermedad que era definida por las secuelas de la ingesta. Desde 1960 en adelante se impuso el criterio de A. Jellinek quién describió 5 subtipos de alcohólicos, pero viendo como definitorio de la enfermedad la dependen- cia física a la sustancia, traducida en un ansia por el alcohol y en el mecanis- mo fisiopatológico de las por él llamadas Incapacidades de Abstenerse y de Detenerse. Alcohólico Intermitente sería aquel que una vez iniciada la ingesta no puede detenerla, e Inveterado el que no puede abstenerse de iniciarla diariamente. Pese a que la experiencia clínica y reportes médicos actuales demuestran que esto no siempre es así, esta tesis está implícita en los crite- rios de dependencia al alcohol requeridos para el diagnóstico en los mode r- 98

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