Huella y presencia (tomo IV)
HUELIA Y PRJ:~~I·::\CIA IV Pero Noé no descansa. A partir del año 1936, su discípulo Gabriel Gassic había demostrado la presencia en Chile de la enfermedad de Chagas, pro- ducida por el Trypanosoma cruzi y transmiúda por vinchucas. Organiza una gran campaña sanitaria contra una de las endemias parasitarias más difíciles de eliminar por su carácter a menudo insidioso y su distribución estricta- mente rural. Ahora sus colaboradores son aún más numerosos y organiza- dos. Pero siempre es necesario conseguir fondos y apoyo gubernamental para una enfermedad que es esencialmente crónica y que no tiene la triste fama y la siniestra espectacularidad de la malaria , pero que ataca solapadamente a los habitantes rurales de extensas zonas de nuestro país. Es necesario golpear muchas puertas y convencer a políúcos y plubristas de la prioridad de una acción decidida en contra de este mal que afecta a modes- tas poblaciones campesinas. El insecto transmisor se oculta siligosamente en las grietas de modes- tas casas de adobe y ataca a los moradores mientras ellos duermen. La acción tiene que ejercerse en lugares pobres y apartados. Hasta allí lle- gan sus discípulos y colaboradores guiados por la misma entereza del maestro. Es necesario llevar atención médica a zonas apartadas y sin re- cursos. No sólo hay que preocuparse de la enfermedad de Chagas, sino que atender muchos otros problemas médicos y sanitarios. Después de ingentes esfuerzos logra que en colaboración con la Dirección General de Sanidad, se habilite una Policlínica rural rodante, instalada en un camión con los recursos mínimos para enfrentar la campaña y atender las necesidades médicas más urgentes en lejanos lugares. Inspirados por el maestro, sus eficaces colaboradores -entre los cuales destacan, además de Amador Neghme, Jorge Román, Víctor Bertín, Jacobo Faiguenbaum, René Sotomayor y Roberto Silva para nombrar sólo algunos- compren- den la importancia que la educación sanitaria tiene para combatir la endemia, enseñando a los pobladores la forma como se trasmite la enfer- medad y los métodos para evitarla. Noé siempre estuvo dispuesto a acer- carse a los pobres y desposeídos para transmitirles aspectos educativos básicos. Esto ya había sido realizado por el profesor desde su primera campaña entre los mineros. Es posible afirmar que Noé fue el primer educador sanitario de Chile. Paralelamente con el combate en el terre- no, el maestro estimula a muchos de sus ayudantes a realizar investiga- ciones de laboratorio sobre el .agente causal, lo que lleva a numerosas publicaciones originales sobre la patogenia y la inmunología de la infec- ción por Trypanosoma cruzi. Será éste un tema predilecto de su Escuela Parasitológica, la que alcanzará merecido prestigio nacional e interna- cional. Mucho más habría que decir sobre las acciones sanitarias del Prof. Noé. Sólo nos hemos limitado a realizar un pálido esbozo. Hay en todas estas campañas rasgos realmente heroicos en los que Noé participó di- rectamente y en las cuales inculcaba con su ejemplo una mística de tra- 88
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