Huella y presencia (tomo IV)
DR. Tt.:1.10 P1zz1 P. respetuoso, de una ética intachable, que luchó siempre e incansablemente por causas nobles y cuya única remuneración monetaria fue la obtenido de su limitado sueldo de profesor universitario. Una de sus primeras tareas en Chile fue la de reformar los planes de estudio de la Facultad, dándole la importancia que le corresponde a las ciencias básicas en la formación del médico. La Zoología médica, fue reem- plazada por las Cátedras de Biología General, Embriología yAnatomía Com- parada, Histología y Parasitología, las que impartió, con especial lucimien- to, en los tres primeros años de la Carrera. Este paso fundamental no consis- tió sólo en cambios de nombres sino que traduce una concepción filosófica sobre la importancia de los conocimientos biológicos para la comprensión del hombre tanto en su estado de salud como en la enfermedad. La Biolo- gía General como ciencia "Mater", entendida como el estudio de los fenó- menos vitales y de las leyes que los rigen, así como su proyección filosófica, es la base para comprender la enfermedad como una alteración de las fenó- menos biológicos normales. Además, el nuevo enfoque permitía reforzar el conocimiento del método científico, esencial para el estudio y la práctica seria de la medicina clínica. Para llevar a la realidad sus planes renovadores, perfeccionó la metódica docente. Además de sus clases formativas, comprendió la gran importancia de complementar las exposiciones teóricas con actividades prácticas de alto nivel. En una ocasión le escuché decir: "Las mentes juveniles pueden moti- varse por las ideas y conceptos, pero su natural preocupación inquisitiva los impulsa a verificar los hechos en la observación directa". Su filosofía educa- tiva consideraba muy importante la participación de los estudiantes en su propia formación, observando y manipulando directamente el material bio- lógico. Debido a la escasez de recursos que encontró al llegar, ésta era una tarea formidable. Los laboratorios existentes eran de una pobreza franciscana y el material de demostración casi inexistente. Sin embargo con su temple de luchador enfrentó el desafío. Con la ayuda de esforzados colaboradores los estrechos laboratorios se fueron enriqueciendo lentamente con mate- rial docente y de investigación. En especial, realizó ingentes esfuerzos para conseguir un buen número de microscopios, instrumentos que enseñaba a sus ayudantes y alumnos a cuidar con extrema meticulosidad ya que los con- sideraba como una de las más poderosas y delicadas armas para indagar en el fascinante microcosmo de lo viviente. Así con esfuerzo constante, logró formar excelentes laboratorios de las diversas asignaturas, que pudieron ser utilizados, no sólo en una docencia práctica de primera calidad sino que constituyeron la base de centros de investigación de las diferentes cátedras que impartía. Posteriormente consiguió unir, en el año 1931, las distintas disciplinas en su anhelado Instituto de Biología, el que adquirió gran presti- gio nacional y extranjero por la calidad de su labor de investigación, dada a conocer especialmente en la prestigiosa revista "Biológica", iniciada en el año 1940, otro esforzado logro de su perseverancia y tenacidad. Ambas ini- 83
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