Huella y presencia (tomo IV)

DR. Tu.10 P1zz1 P. rigen los fenómenos vitales. Y los busca anhelante como un audaz conquis- tador que llega a un nuevo y desconocido continente. Comprende, además, como profundo pensador, algo esencial en lo que se refiere a la Biología humana. Tuvo la clara visión de que, dentro de los seres vivos, el hombre, aunque tributario de las leyes biológicas generales, es un ente único y ex- cepcional. Hay algo en él que lo hace más complejo y diferente: lo espiri- tual, lo anímico, lo racional, lo enriquecen con matices particulares en su calidad de ser viviente, separándolo del resto de las especies. Por lo tanto, la ciencia pura sola es incapaz de conocer toda la grandeza de lo humano y debe complementarse con otras formas del conocimiento. Su pensamiento trascendente quedará ya claramente expuesto en su notable primera conferencia en nuestro país dictada en la casa central de la Universidad de Chile titulada "La Crisis Biológica del siglo XIX" en la cual centrando su discurso en las Teorías de la evolución, presenta su pensa- miento biológico, destacando la importancia del estudio de una morfología experimental y dinámica y la trascendencia del pensamiento filosófico en la comprensión de la Biología. Destacamos unos breves fragmentos de su di- sertación. Escuchémoslo un instante: "Conócete a ti mismo, estaba escrito en la fachada del templo de Apolo. El hombre siente siempre en sí mismo surgir esta exhortación y entonces se hace las siguientes preguntas: ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Dónde vamos? He aquí los problemas formida- bles que afanaron la mente humana desde el primer día, tal vez, en que empezó a razonar; ahora no podía faltar en el siglo XIX, libre definitiva- mente de la escolástica y de la dogmática, la tentativa audaz de resolverlos, y de resolverlos de aquel modo único que era lógicamente posible, es decir considerando al hombre en la naturaleza y no fuera de ella ... La ciencia no tuvo que abrir nuevas vías para cumplir tal tentativa, pues encontró ante sí ya iniciada la pista por la filosofía, la cual una vez más demostrará ser madre de la ciencia". Esta posición filosófica y humanística caracteriza todo el pensamiento de Noé. Incluso, poco antes de morir, escribirá bellos fragmentos de profunda sabiduría y meditación, rescatados del velador de su Jecho de muerte, que han quedado como un valioso legado de su mente privilegiada. En algunos de sus párrafos reitera su pensamiento de las relaciones entre lo científico y lo filosófico. Dice, por ejemplo: "La ciencia, que es método no resuelve los problemas de los orígenes y el fin" y agrega después:"... la especie biológica es una idea revestida de materia" y luego añade ".. .lo necesario no es sufi- ciente. Por eso, la filosofía incluye a la ciencia, pero la precede y la sobrepa- sa, en el tiempo y en el espacio". Las palabras anteriores llaman a la meditación. Permítanos en conse- cuencia reflexionar brevemente sobre estos temas, con el objeto de com- prender el verdadero sentido del pensamiento de Noé . La ciencia y la filosofía buscan ambas conocer la verdad, aunque con distintos medios y propósitos. No pueden ni deben ser antagónicas. Ambas 81

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