Huella y presencia (tomo IV)
EL PROFESORJUAN NOÉ: SABIO, BIÓLOGO, HUMANISTAY REALIZADOR* Dr. Tulio Pizzi P. L v, POR PJUMEIU VEl. 11,v,1 ,w,1,v,1,v,1, clara de marzo del año 1936. Recuerdo aquel día como si fuese hoy. Yo había ingresado ese año a la carrera de Medicina. La vieja Escuela en la calle Independencia, destruida por el fuego un día de diciembre de 1948, anexa al antiguo Hospital San Vicente de Paul, me abría sus puertas. El edificio tenía en el frontis una escalinata y seis altas columnas dóricas. Seguían después dos patios de aspecto conventual, ro- deados de pasillos con gruesos pilares, y con una fuente central. Lateral- mente se alzaban en dos pisos, las salas de clases, los laboratorios, oficinas y la biblioteca. Todo el edificio estaba rodeado de hermosos y cuidados jardi- nes. En el costado oriente del segundo patio se encontraba e l auditorio de Biología General , donde iba a tener lugar mi primera clase universitaria a cargo del profesor Noé. Entré con mis compañeros, casi reverentemente, a esa sala oscura, penumbrosa, con escalonados asientos y una gran mesa en el frontis. Lateralmente estaban expuestos cuadros en colores de estructu- ras biológicas que no comprendíamos. Había un cie rto ambiente de miste- rio y de recogimiento. Nuestros murmullos estudiantiles se acallaron cuan- do desde un pasillo lateral ingresó el profesor. Nunca he olvidado la impresión que me causó su figura.Juan Noé tenía a la sazón casi 59 años. Esbelto, elegante, impresionaba por su cuidada bar- ba entrecana, su amplia frente, su cabellera peinada hacia atrás, sus rasgos regulares y viriles y especialmente por sus ojos. Su mirada era a la vez inquisitiva, melancólica y distante. Diáfana como la de un niño, penetrante y reflexiva, mezclada con un dejo de triste dulzura. Yo no sabía, entonces, cuán fielmente la expresión de su vista reflejaba su estructura anímica. Parecía un personaje escapado de un cuadro del Greco. Aparte de su aspecto meramente físico , emanaba de su persona una especie de magnetismo carismático. Al verlo se percibía, que ese hombre, tenía algo que lo hacía destacado y superior y que lo elevaba de *Homenaje rendido a la memoria del profesorjuan Noé Crevani en el Salón Lorenzo Sazié de la Facuhad de Medicina ele la Universidad de Chile el día 22 de agosto de 1997 77
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