Huella y presencia (tomo IV)
Hl 1 EI.IA Y l'RF$1•::S:C:IA IV cada cuatro nacidos. El conocimiento técnico revelaba además que, en esa época, como ahora, una proporción importan te de esas muertes eran muer- tes evitables con acciones eficaces durante el embarazo de la madre, junto a control de salud y prestaciones de atención médica de niño. La ley d e l Seguro Obrero había legislado respecto a la salud del traba- jador, pero no había incorporado a la esposa e hijos del obrero. Sin ac- ciones destinadas a mejorar los riesgos de madres y niños, los indicadores de salud del país se mantenían estables. Para modificar drásticamente esta situación, la ley de Madre y Niño incorporó en 1938 al Segu ro Obre- ro, la protección de embarazadas y lactantes menores de 2 años, dándole a esa institución con más de una década de experi encia en la a tención de los obreros, la respon sabilidad por la salud de las espo~as de asegura- dos durante el embarazo y d e sus hijos en los dos primeros años de vida. Para las madres se imaginó la vigilancia y control periódico d e la gesta- ción como igualmente la entrega de a limentación suplementaria duran- te el embarazo y la lactancia , dada por entrega de leche , para proveer proteínas d e alto biológico y calcio. Para los niños se o rganizó por pri- mera vez un sis tema d e control periódico. Para que el sistema funcionara y se dispusiera de suficiente leche se planteó la Promoción de la Produc- ción Lechera como responsabilidad del Consejo Nacional de Alimenta- ción. Para a lcanzar una cobertura total se d ispuso que el control de los lac tantes hijos de padres no asegurados o indígenas fuera entregado a la responsabilidad de la Sección de Protección a la Infancia de la Dirección General de Sanidad que constituyó la base d e la posterior PROT INFA, o Dirección General de Protección a la Infancia y Adolescencia. Como el mismo Cruz-Coke lo manifestara en el Senado, d e acuerdo a su libro de "Discursos", e l efecto de estas medidas sobre la salud de los lactantes chilenos fue evidente. Mientras la mortalidad infanti l de los siete años previos a la d ictación de la ley de Madre y Nii'l o había estado entre 234 y 241 por mil, en tre 1938 y los 7 años siguientes, por primera vez en la historia chilena, la mortalidad infantil descendió d e 236 a 181 por mil nacidos vivos, es decir, una reducció n de 15% p revia a ]os espec- taculares avances que significaron la u tili zación de vacunas y antibióticos. El pragmatismo de las ideas del Cruz-Coke en e l área de la salud pú- blica lo llevó a considerar la necesidad d e es timular la producción leche- ra, que alcanzaba solamente a una disponibilidad d e consumo de 100 gramos por habitante-día. De acuerdo a sus escritos, la baja producción derivada de la inexistencia simul tánea de producción doméstica y de gran producción indus trial , a lo que se agregaba un ganado lechero de baja calidad ; la producción diaria promedio de 2,3 litros/día e ra de la mitad a la cuarta parte de la registrad a en países desarro llados. Los escritos del Dr. Cruz-Coke de la época señalaban además sus ideas respecto a l estí- mulo de la producción lechera po r medio de yodoproteínas, y a la nece- 72
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