Huella y presencia (tomo IV)

HlJF.UA Y l'RES~:\'CIA IV Las ideas del Profesor Cruz-Coke no siempre lograban realizarse en el Laboratorio, por falta de medios y equipamiento adecuados. El Profesor Croxatto, en su hermosa conferencia pronunciada en la Universidad de Chile, con motivo de lajubilación del Profesor Cruz-Coke, en 1967, ex- presa: 'Pero hubo momentos de gran alegría, horas triunfantes que se- guían a la obtención de un resultado tenazmente perseguido. Recuerdo así el regocijo que aportó el hallazgo de una reacción específica que per- mitía reconocer la aparición de vitamina D, cuando el ergosterol era irra- diado, reacción denominada con su nombre, que tuvo gran importancia hasta que la vitamina D, fue definitivamente aislada' ... 'También, cuando al término de muchos experimentos, pudo confirmar la existencia de tirosina en la molécula de angiotensína' ...y prosigue: qSu intuición lo llevaba frecuentemente a anticipar lo importante que estaba por venir y sus predicciones nos provocaban asombro. Así fueron sus predicciones sobre el control humoral hipotalámico de la hipófisis; sobre los bloqueadores del metabolismo intermediario; sobre la trascendencia del grupo esteroide en Fisiología, predilección que lo llevó a publicar, en colaboración con sus ayudantes, su libro: La Corteza Suprarrenal, en 1942'. El Profesor Cruz-Coke fue llamado por el Presidente Arturo Alessandri Palma para hacerse cargo del Ministerio de Salubridad, en 1937. El enor- me impacto que su ministerio logró en la Medicina Social del país, deter- minó su ingreso a la vida política. Pronto después fue elegido Senador de la República. Su asistencia al Instituto se hizo menos frecuente. Un día, recibí el inmenso privilegio que el Profesor Cruz-Coke me encomendara la función de ser su ayudante directo, para llevar a cabo algunas de sus ideas, ya que los ayudantes más antiguos estaban empeña- dos en líneas de investigación, previamente establecidas. Fue para mí de una riqueza inigualable trabajar directamente con él en el laboratorio. Durante 1949, el Prof Cruz-Coke debía viajar a Europa. Como le ha- bía expresado mi deseo de ir a estudiar a Inglaterra, después de graduar- me, prometió indagar sobre el lugar más adecuado y escribirme. A las pocas semanas, recibí una amable carta con información precisa, y un requerimiento urgente. Describía someramente el experimento que de- bía realizar y -en la más clara expresión de su prodigiosa intuición- me anticipaba el resultado, diciendo: ' ...porque el fosfato de alfa-tocoferol inhibe la arginasa'. Sintiéndome inseguro de abordar solo el experimento, solicité ayuda al Dr. Cabello, quien generosamente estuvo dispuesto a postergar su pro- pio trabajo, y ayudarme a cumplir el encargo del Profesor Cruz-Coke. Días más tarde, el 24 de diciembre de 1949 a las 9:30 de la noche -mien- tras nuestras familias nos esperaban para la celebración de la Navidad- terminamos el primer experimento, que confirmaba, plenamente, la pre- dicción del maestro: el fosfato de alfa-tocoferol, la vitamina E, inhibe la 64

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